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martes, 2 de junio de 2015

Comportamiento Nitrógeno bajo Siembra Directa

Comportamiento de diferentes nutrientes bajo Siembra Directa
Nitrógeno
El nitrógeno (N) es el nutriente más importante para la producción vegetal
por las cantidades requeridas por los cultivos y por las deficiencias en los
suelos agrícolas.
La deficiencia en este nutriente es una limitante para obtener buenos rendimientos
y por lo tanto es necesario ser eficientes en el uso del mismo.
En siembra directa la descomposición de los residuos es menor que en laboreo
convencional. Esto influye sobre el nivel de N total del suelo, su disponibilidad
y la de otros nutrientes (Morón, 2001).
Suelos con labranzas conservacionistas repercuten en menores pérdidas de
carbono (C) y N orgánico del suelo (Sawchik, 2001). Estos tipos de labranzas
tienden a retardar la descomposición de los residuos.
En los primeros años de instrumentación de un sistema de siembra directa,
las condiciones de menor mineralización neta y mayor desnitrificación
resultan en una menor disponibilidad de N para los cultivos.
Esto queda en evidencia en menores acumulaciones de N mineral (NO3- y
NH4+) a la siembra y/o una menor oferta de N durante el ciclo del cultivo
(Doran, 1990; Bergh, 1993; Rizzalli, 1995) y por lo tanto en la recomendación
de mayores dosis de N con respecto al sistema de laboreo convencional
(Peterson, 1995). El comportamiento de la oferta de N depende del cultivo, de las condiciones
edáficas y climáticas y de la cantidad de años de siembra directa continua.
Esta situación de menor disponibilidad en los primeros años del sistema se
revierte posteriormente por una mayor acumulación de N orgánico, lo que
resultaría en un mayor abastecimiento de N, permitiendo disminuir las
dosis de N a niveles similares a laboreo convencional o aún menores (Fox
y Bandel, 1986).
La forma más abundante en la que se encuentra el N en el suelo es la orgánica,
pero las plantas pueden absorberlo en su forma mineral, principalmente
como nitrato (NO3). El pasaje de formas orgánicas a inorgánicas se denomina
mineralización, así como el proceso inverso, inmovilización, son muy
dinámicos y están gobernados por la actividad microbiana del suelo.
En siembra directa la mineralización se ve enlentecida por la no incorporación
de los residuos y la magnitud de este enlentecimiento depende de la
cantidad de residuos, del tipo de los mismos, tanto en su forma física (tamaño,
densidad y diámetro), como en su composición química (relación
Carbono/Nitrógeno) y de las condiciones climáticas.
El aumento de requerimientos de N en los primeros años no sólo se debe
a una menor mineralización de N, sino también está dado por la inmovilización
de N, ya que en los primeros años usualmente hay una ganancia
neta de materia orgánica del suelo. Cuando el fertilizante N es aplicado
en superficie la inmovilización es más acentuada, debido a la presencia de
residuos del cultivo anterior.
Con respecto a la lixiviación de N en sistemas de siembra directa, existe un aumento
en el potencial de lixiviados de nitratos, lo cual está dado por una mayor
infiltración de lluvias, mayor almacenaje de agua y menor evaporación.
La mayor humedad, la menor fluctuación de temperatura diaria y la acumulación
de residuos orgánicos en la superficie, repercuten en una mayor actividad
microbiana en superficie en siembra directa que en labranza convencional.
Normalmente hay una presencia mayor de bacterias anaeróbicas, lo cual
resulta en un menor potencial de oxidación y mayores pérdidas de NO3
por desnitrificación.
La dosis de fertilizante N a agregar debe determinarse en base a la diferencia existente entre el requerido por el cultivo y lo suministrado por el suelo.
En sistemas de siembra directa, hasta que se logra un nuevo equilibrio en
la materia orgánica, los requerimientos son mayores.
Para determinar la disponibilidad de N mineral para un cultivo, el análisis
de nitratos es una determinación confiable Este análisis presenta una variabilidad
muy grande entre muestreos, lo que se explica por su relación
directa con la actividad microbiana del suelo y la lixiviación.
También se debe tener en cuenta que el nitrato se agota rápidamente en el
suelo cuando existen plantas creciendo, las que se desarrollarán en proporción
directa a la cantidad de nitratos que puedan absorber.
Esto es un factor más para determinar el período de barbecho. Cuanto mayor
es la cantidad de malezas extrayendo N del suelo, mayor será el contenido de
este nutriente en la planta y menor en el suelo, disponible para el cultivo.
Este mismo efecto ocurre con la disponibilidad de N en relación al largo
de barbecho. Cuanto más largo es el período, mayor es la disponibilidad de
NO3 en el suelo.
En siembra directa el fraccionamiento del fertilizante N sería una forma de
mejorar su uso, esto teniendo en cuenta las menores temperaturas de suelo,
las cuales tienden a retrasar la germinación, emergencia y crecimiento
temprano de los cultivos.
Considerando las pérdidas de eficiencia por inmovilización de los residuos,
volatilización de amonio y lixiviación, sería conveniente la aplicación
de fertilizante N localizado, incorporado por debajo de la capa de
residuos (Griffith, 1977).