Uso de aguas residuales depuradas para el riego de jardines
La escasez de agua en Andalucía, apoyada por la Ley de Aguas de 1985, ha forzado en numerosas
ocasiones la supresión de los riegos tanto agrícolas como de jardines en beneficio del consumo de
la población y de industrias que precisen poca cantidad de agua para su funcionamiento. La
reutilización de las aguas residuales urbanas, convenientemente tratadas para el riego, es una
alternativa importante que permite la realización de un aprovechamiento eficaz de estas aguas.
Sirva de ejemplo la ciudad de Córdoba, con unos 300.000 habitantes, donde se depuran unos
80.000 m3 de agua residual al día, procedente de los hogares y de las industrias que no requieren
una depuración previa a la de la estación depuradora municipal. Si se considera que un jardín medio
consume unos 8 litros por metro cuadrado y día en las épocas de mayor demanda, con el agua
depurada cada día habría suficiente para regar unos 10.000.000 de metros cuadrados de jardín al
día. Si esta cantidad se divide entre la población de Córdoba, se podría decir que con el agua residual
producida cada habitante regaría diariamente unos 33 metros cuadrados de zona verde.
El Real Decreto-Ley 11/1995, en su artículo 5º establece como fechas tope el 1 de enero de 2001
para la puesta en funcionamiento de estaciones depuradoras de aguas residuales en municipios
de más de 15000 habitantes equivalentes (1 hab.eq. = 60 gr DBO5), y el 1 de enero de 2006 para
los municipios de más de 2000 habitantes equivalentes, que viertan en cauces naturales. Además
establece la obligatoriedad de llegar hasta el final del tratamiento secundario en dichas estaciones
depuradoras, lo que supondrá la posibilidad de disponer de un gran volumen de agua depurada
que puede volver a ser utilizada para el riego. La realización de tratamientos posteriores
al secundario dependerá, entre otros factores, del uso que se le vaya a dar a dicha agua.
l Real Decreto Legislativo 1/2001, establece que las aguas residuales urbanas depuradas pueden
ser empleadas por los Ayuntamientos, con sólo una autorización administrativa para el riego
de parques, jardines, campos de golf, calles, etc.
Un aspecto importante a la hora de utilizar las aguas urbanas depuradas, es la necesidad de una
red específica que evite el contacto entre esta agua y la de la red urbana. Por este motivo en los
jardines de nueva construcción o en los que se realicen obras de infraestructura, se debe prever la
realización de estas redes específicas de aguas residuales depuradas.