Mostrando entradas con la etiqueta ecología en el huerto urbano. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ecología en el huerto urbano. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de octubre de 2014

ecología en el huerto urbano

Prácticas ecológicas
en el huerto urbano
Definimos agricultura ecológica como
un método de cultivo que se caracteriza por
mantener la fertilidad de la tierra, no aplicar
productos químicos de síntesis (herbicidas,
plaguicidas, hormonas, abonos químicos…)
ni utilizar organismos modificados
genéticamente.
El agricultor ecológico maneja diversas
técnicas para lograr que sus campos de
cultivo se conviertan en agrosistemas
equilibrados y con una elevada
biodiversidad, que permitan la producción
de alimentos sanos y de elevada calidad
organoléptica.
Nuestro huerto urbano debe de ser en
la medida de lo posible ecológico. Como
hemos mencionado anteriormente, crear
un huerto en casa debe de convertirse
en una experiencia de sostenibilidad y de
educación ambiental, que nos permita
obtener alimentos sanos y de calidad, por
ello no tiene ningún sentido la utilización de
productos químicos de síntesis para fertilizar
la tierra o para combatir plagas.
En el cultivo en recipientes al no
disponer de un suelo propiamente dicho,
tenemos limitaciones para aplicar algunas
de las técnicas de la agricultura ecológica,
sin embargo podemos tener en cuenta sus
conceptos y adaptarlos a nuestro huerto
urbano.
A continuación, mostramos ideas
importantes de la agricultura ecológica que
aplicaremos a nuestro huerto en casa:
Biodiversidad: nuestro huerto debe de
ser un espacio con la mayor biodiversidad
posible, en el que cultivemos diversas
hortalizas, pero donde también haya
espacio para las plantas aromáticas y
las flores (muchas de ellas actúan como
repelentes naturales de plagas. -Ver anexo
i: Plantas vivas como repelentes.-. El objetivo
es conseguir un espacio de cultivo
equilibrado, donde podamos atraer
a fauna beneficiosa que nos ayude a
controlar posibles plagas y enfermedades.
Asociaciones de cultivo: es una
de las prácticas fundamentales en
agricultura ecológica. Básicamente
consiste en combinar cultivos buscando
un beneficio en relación a la protección
frente a plagas o el aprovechamiento de
los recursos (agua, luz o nutrientes). Las
asociaciones positivas suelen producirse
entre hortalizas muy diferentes (de
diferentes familias y con diferentes partes
aprovechables) ya que no competirán
por los mismos nutrientes, ni por la luz
y tampoco tendrán las mismas plagas o
enfermedades. -Ver anexo IV: Asociacioines de
cultivo.-.
Sucesiones de cultivos: las sucesiones
son un tipo de asociación entre cultivos
que permite un mejor aprovechamiento
del espacio. Una de las mayores
limitaciones que tendremos en nuestro
huerto urbano será el espacio disponible,
por ello es importante combinar los
cultivos de un mismo recipiente en el
espacio y en el tiempo teniendo en cuenta
sus ciclos. Podemos combinar hortalizas
de ciclo largo con otras de ciclo corto,
de forma que mientras las primeras se
van desarrollando podemos cosechar las
segundas aprovechando el espacio sin
provocar ningún perjuicio. Un ejemplo de
sucesión puede ser el tomate (ciclo largo),
con la lechuga (ciclo medio) y con el rábano
(ciclo corto). En este caso recolectaremos
primero los rábanos, antes de que puedan
llegar a estorbar a las lechugas, las cuales
recolectaremos a continuación, antes de
que la tomatera sea demasiado grande y
empiece a producirle sombra.
Combinando las asociaciones y las
sucesiones conseguiremos optimizar
nuestro espacio de cultivo, mejorando la
producción y la salud de las plantas.
Rotación de cultivos: también es
una de las prácticas fundamentales de la
agricultura ecológica y base del cuidado
y conservación de la fertilidad del suelo.
En el caso del cultivo en recipientes
tendremos que tener muy en cuenta no
plantar la misma especie en un mismo
recipiente dos veces seguidas, ya que
es probable que el cultivo anterior haya
agotado algunos nutrientes específicos
y por tanto si repetimos la misma
planta tendrá deficiencias. Por otro
lado si repetimos cultivo, tenemos más
probabilidad de que la planta coja alguna
enfermedad o plaga del cultivo anterior. A
la hora de elegir las rotaciones tendremos
en cuenta que después de un cultivo
exigente en nutrientes será interesante
cultivar una hortaliza poco exigente y/o
mejorante (habas, cebollas, ajos…).
Control de plagas y enfermedades: en
la agricultura ecológica el mejor método
de control de las plagas y enfermedades
de los cultivos es la prevención. Es
decir, si conseguimos que nuestro
huerto sea un espacio equilibrado, con
elevada biodiversidad, con rotaciones y
asociaciones adecuadas conseguiremos
que sea mucho más resistente a posibles
plagas y enfermedades. En el caso de
sufrir una, lo primero que debemos
pensar es en su causa, que muchas veces
está relacionada con alguna mala práctica
en el manejo del huerto: riego, abonado,
época de cultivo etc. (por ejemplo: un
abonado excesivo en Nitrógeno puede
favorecer la aparición de una plaga de
pulgón). Es decir las plagas van a actuar
como indicadores de que algo estamos
haciendo mal y por lo tanto debemos
detectar el error y corregirlo.
En cualquier caso, no tiene ningún
sentido que en nuestro pequeño huerto
tratemos las plagas con productos químicos,
olvidándonos de nuestro objetivo de
conseguir alimentos sanos de forma
sostenible. Ante una plaga hay otros modos
de actuación:
En primer lugar, hay que valorar si
lo que tenemos es una plaga que está
provocándonos un grave problema o si la
población de organismos potencialmente
plaga está controlada y no produce
graves daños (incluso puede atraer a
insectos beneficiosos). Esta capacidad de
observación, fundamental en el huerto, la
vamos a ir adquiriendo con la experiencia.
En segundo lugar, y teniendo en cuenta
que nuestro huerto es de reducidas
dimensiones, ante una plaga podemos
actuar manualmente, podando hojas
y brotes enfermos, incluso quitando
una planta entera. También podemos
quitar manualmente orugas o pulgones,
repasando los cultivos.
Como último recurso podemos tratar
las plantas con algún preparado casero a
partir de plantas, o mediante alguno de
los productos autorizados en agricultura
ecológica que podemos encontrar en
comercios especializados, como: extracto
de Neem, Pelitre, Bacillus thuringensis etc.