martes, 2 de junio de 2015

La siembra directa y la sustentabilidad

La siembra directa y la sustentabilidad
La sustentabilidad tiene que ver con una proyección temporal del presente
dentro del futuro y puede interpretarse como los efectos de nuestras acciones
del corto sobre el mediano y largo plazo.
La sustentabilidad sólo si los efectos futuros de las acciones presentes, pueden
preverse como positivos. Si bien la sustentabilidad constituye un objetivo
de mediano y largo plazo, la posibilidad de conseguirla se encuentra
centrada en las acciones del presente.
Estas acciones, año tras año, proyectan sus efectos en el tiempo y son fuertemente
determinantes de las características que el futuro va a presentarnos.
Los mecanismos socioeconómicos o tecnológicos relacionados con el desarrollo
constituyen una situación de competitividad dentro de un mundo
globalizado. Esta competitividad normalmente está asociada a un buen nivel
de productividad y de rentabilidad. A su vez, ambas tienen que ver con la calidad
del suelo y con las estrategias y sistemas de producción que se utilice.
El sistema de siembra directa como sistema agro-productivo ofrece todas
las ventajas para alcanzar la competitividad a través de la mejora de la productividad, y esperable rentabilidad, que además pueden proyectarse
hacia el futuro.
Este sistema nos permite acceder a un nivel de “productividad y competitividad
sustentables”. Cuando se alcanza este estado, se ingresa en un círculo
virtuoso de producción con conservación y aún mejoramiento de los recursos
involucrados en el proceso productivo agrícola, según la Asociación
Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).
En conclusión, la práctica de la siembra directa como sistema que
atiende la productividad y la competitividad de forma sustentable es
posible, siempre y cuando sean atendidos con compromiso todos sus
principios fundamentales.

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