SIEMBRA EN ALMÁCIGOS
Las semillas pequeñas y delicadas es mejor sembrarlas en almácigos, para darles un cuidado
especial antes de trasplantarlas al lugar definitivo.
El tomate, el apio, el ají, la berenjena y la cebolla son algunos ejemplos.
Para trasplantar con óptimos resultados se siguen los siguientes pasos:
1. Se siembra la semilla en
almácigos, en cualquier tipo de
envase o recipiente como ser
bolsas negras plásticas, bandejas,
macetas, tarros, cajones de
madera, almacigueras
complejas, llantas, etc.
Los almácigos se ubican en
lugares abrigados y luminosos.
Se los protege con paja u hojas, para evitar frío o calor excesivo
y para mantener la humedad en el suelo.
Se cubre hasta que salgan las primeras plantitas (eso
dependerá de la hortaliza), después se les quita poco a
poco la sombra, primero algunas horas durante el día y
luego por completo.
2. Cuando las plantas tengan 3 hojitas se ralea,
para que haya una distancia entre ellas de 5 cm.
3. El transplante a la cama final, se realiza cuando la
planta adquiere una altura de 8 a 10 cm o entre 5 a 6
hojas.
Se ha de trasplantar temprano o al atardecer.
4. Una hora antes de trasplantar se debe regar los almácigos.
Se escogen las plantas más fuertes y sanas.
5. Se remueve la tierra que rodea las raíces y teniendo cuidado de no
maltratar el tallo y la raíces se saca la tierra con una bola de tierra con
la ayuda de una cuchara o palita.
6. Las plantitas deben ser colocadas en hoyos suficientemente
grandes para evitar que las raíces se doblen.
Después se tapan las raíces con tierra y se hace presión alrededor de la planta.
Por último se riega durante la primera semana después del
trasplante para mantener la humedad.
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