lunes, 20 de octubre de 2014

asociacion de cultivos


remedios ecologicos contra plagas huerto

Ácaros Aceite de parafina, jabón de potasa, infusión de Ortigas, infusión
de Ajenjo e infusión de Ajo.
Antracnosis Bicarbonato Sódico, infusión de Ajo e infusión de Cola de Caballo.
Botritis Jabón de potasa.
Caracoles y babosas Cerveza, ceniza, naranja, cascara de huevo.
Cochinillas Aceite de parafina, aceite vegetal, Agenjo, alcohol, jabón de potasa
e infusión de orégano .
Hormigas Azúcar, infusión de Ajenjo, infusión de tanaceto e infusión de
tomate.
Mildíu Bicarbonato sódico, caldo bordelés, jabón de Potasa, infusión de
Manzanilla, infusión de Cola de caballo e infusión de Ajo.
Mosca Blanca Aceite de parafina, Ajenjo, Pelitre, trampas cromáticas e infusión
de tomate.
Negrilla Jabón de potasa, infusión de Cola de caballo.
Oídio Azufre, Bicarbonato sódico, Jabón de potasa e infusión de Cola de
caballo.
Orugas Bacilius Thuringiensis e infusión de Tomate.
Pulgones
Aceite de parafina, infusión de Ajenjo, infusión de Cola de caballo,
jabón de potasa, Pelitre, infusión de tomate, infusión de Ajo, infusión
de Alcachofa (sólo algunas sp.), infusión de Ortiga y trampas
cromáticas.
Tizón Bicarbonato sódico, infusión de Ajo e infusión de Cola de Caballo.
Trips Aceite de parafina, infusión de Ajenjo, infusión de tomate, jabón
de Potasa y trampas cromáticas.
Tijeretas Trampas de cartón e infusión de tomate.

plantas que son repelentes

Ajo, cebolla y puerro
(liliáceas) Pulgón (algunas sp.) y mosca de la zanahoria.
Ajaedra de jardin Pulgón negro del frijol.
Albahaca Mosca y pulgones.
Apio Mariposa blanca de la col.
Artemisa Mariposa blanca de la col varios insectos tierreros.
Borraja Gusano del tomate.
Caléndula Moscas blancas, mosca del ganado y Nematodos.
Capuchina Pulgones (efecto atrayente).
Eneldo Mosca blanca de la col.
Eufprbia Campañol.
Helecho Hormigas y babosas.
Hierbabuena Afidios, pijos, miones y pulgones.
Hisopo Babosas.
Manzanilla Hongoas y Mildiu.
Menta Hormigas, pulgas de la tierra y mariposa blanca de la col.
Orégano Hormigas y moscas.
Ortiga Afidios, Hongos y Nematodos.
Poleo Hormigas.
Rabano picante Chizas, escarabajos de la papa y coleopteros del pepino.
Ruda Moscas y Polillas.
Salvia Mosca blanca, mariposa blanca de la col, babosas, polilla del
repollo, mosca de la zanahoria
Tabco Mosca y trips (efecto atrayente)
Tagetes Nemátodos
Tanaceto Hormigas
Tomate Gusano y mariposa blanca de la col
Tomillo Oruga de la col
Zanahoria Mosca de la cebolla

como sembrar plantas aromaticas en casa

Plantas aromáticas.
Por último recomendamos siempre reservar
espacio en los huertos urbanos para
el cultivo de aromáticas, ya que son plantas
muy interesantes que nos va a proporcionar
múltiples beneficios:
1. Muchas de ellas son cultivos poco exigentes,
que van a requerir pocos cuidados
y que se adaptan bien al cultivo en recipientes.
2. Van a aumentar la biodiversidad del
huerto, atrayendo a insectos beneficiosos
y repeliendo a muchas plagas -Ver anexo I:
Plantas vivas como repelentes-.
3. Van a aportarnos una gran cantidad
de aromas que hacen de nuestro huerto
un lugar más agradable.
4. Nos van a proporcionar condimentos
interesantes para las comidas o para la
preparación de infusiones.
5. Muchas de ellas tienen propiedades
medicinales muy beneficiosas.

como sembrar zanahorias en casa

Zanahoria.
Pertenece a la familia de las umbelíferas
al igual que el apio, el hinojo o el perejil.
Nutricionalmente destaca por su contenido
en Vitamina A, fundamental para la piel. Se
cultiva bien en cualquier época del año exceptuando
los meses más fríos de invierno.
Se siembra directamente (no se hace semillero),
una vez han germinado es importante
aclararlas (seleccionar las plantas que vamos
a dejar y eliminar las sobrantes) para que la
raíz se desarrolle bien. Para este cultivo debemos
de elegir recipientes profundos que
permitan un adecuado desarrollo de la raíz.
Se asocian muy bien con las cebollas, las
cuales van a repeler a su principal plaga que
es la mosca de la zanahoria. Hay que evitar
combinarla con las hortalizas de su misma
familia.

como sembrar pepino en casa

Pepino.
Pertenece a la familia de las cucurbitáceas,
al igual que la calabaza, el calabacín,
el melón y la sandía, todos ellos cultivos
interesantes para aquellos huertos urbanos
que disponen de bastante espacio ya que
tienen un desarrollo importante. El pepino
se adapta muy bien al cultivo en recipientes
porque sus raíces no son demasiado largas.
Es una planta que crece mucho por lo que
para evitar que se haga rastrera ocupando
demasiado espacio, es interesante proporcionarle
un rodrigón para que pueda trepar
(con sus zarcillos) a través de él. Es un cultivo
de primavera-verano bastante exigente
en el riego y también en horas de sol, que
nos va a proporcionar pepinos de una forma
constante durante todo el verano. Los frutos
deben de cosecharse verdes e inmaduros,
si los dejamos demasiado tiempo pueden
hacerse amargos. Si lo cultivamos conjuntamente
con el maíz, este le sirve de rodrigón.
No se lleva bien con cultivos de la misma
familia ni con las solanáceas, ya que van a
competir por el agua, el sol y los nutrientes.
Pueden atacarle plagas de pulgón y
mosca blanca aunque no suelen ser muy
problemáticas, sin embargo es bastante
habitual que al final del verano le afecte al
oídio, apareciendo manchas blancas en las
hojas.

como sembrar habas en casa

Haba.
Pertenece a la familia de las leguminosas.
Las hortalizas de esta familia se suelen
utilizar en agricultura ecológica como Abono
verde, ya que en sus raíces establecen
simbiosis con unas bacterias fijadoras de
Nitrógeno atmosférico aportándoselo al
suelo. Es un cultivo de otoño-invierno (no
les gusta el calor) muy interesante de desarrollar
después de los cultivos de verano más
exigentes en nutrientes, ya que van a ayudar
a recuperar nutrientes fundamentales. Es
exigente en agua por lo que hay que vigilar
el riego. Se asocia bien con otras hortalizas
de otoño-invierno como la espinaca y es
incompatible con las liliáceas y otras leguminosas.
Nutricionalmente destaca por su
elevado contenido proteico.
La principal plaga que le afecta es el pulgón
negro y también puede tener problemas
de hongos si la humedad es excesiva.
Otras leguminosas que se adaptan bien
al cultivo en recipientes son los guisantes y
las judías.

como sembrar fresas en casa

Fresa y Fresón.
Pertenecen a la familia de las Rosáceas.
Es la única fruta que se puede adaptar bien
al huerto urbano de pequeño formato ya
que se trata de una planta de pequeño porte.
Es un cultivo plurianual que se reproduce
por estolones (tallos horizontales que
cuando tocan el suelo producen una nueva
planta). Estas nuevas plantas se pueden
trasplantar, una vez han enraizado, durante
el otoño y el invierno. Las fresas se forman
durante la primavera y hasta bien entrado el
verano. Nutricionalmente destacan por poseer
abundante vitamina C. Se recomienda
cosecharlas a primera hora de la mañana
que es cuando tiene todas sus propiedades
intactas.
Pueden tener problemas de virus que
provocan una rápida degeneración de toda
la planta.

como sembrar rabanitos en casa

Rábano.
Es una hortaliza de la familia de las crucíferas,
al igual que los nabos o las coles. Se
trata de un cultivo de ciclo muy corto, que se
siembra directamente (no se hace semillero).
Es un cultivo muy sencillo (que nos va a
permitir ocupar espacios mientras otras hortalizas
de ciclo más largo se desarrollan), que
ocupa poco espacio y que se asocia bien con
todo tipo de hortalizas (salvo con el resto de
crucíferas).
Se puede cultivar durante casi todo el
año, evitando los meses más calurosos y
cuando haya riesgo de heladas.

sembrar ajos en casa

Ajo.
Pertenece a la familia de las liliáceas. Su
cultivo, a diferencia de la mayoría de las hortalizas,
no se hace a partir de semillas sino a
partir de un diente de ajo, el cual se entierra
con la punta hacia arriba. Es poco exigente
en nutrientes y en agua. Se cultiva durante
cualquier época del año, salvo en los meses
más calurosos del verano. Se puede cosechar
cuando las hojas todavía están verdes
como ajo tierno o esperar a que se sequen
las hojas y obtener una cabeza de ajos completa.
Es una de las hortalizas con más propiedades
medicinales y es un cultivo muy sencillo
que ocupa muy poco espacio (podemos
plantar los ajos muy juntos entre ellos, sobre
todo si los cosechamos como ajos tiernos, o
aprovechando los huecos que quedan entre
otros cultivos) por lo cual es muy interesante
incluirlo en el huerto urbano. Además se
asocia muy bien con la mayoría de las hortalizas,
salvo con las de la familia de las Leguminosas.
No suelen tener problemas de plagas.

sembrar cebollas en casa

Cebolla.
Pertenece a la familia de las liliáceas. Al
igual que el ajo es un cultivo que se adapta
muy bien al cultivo en recipientes ya que tiene
raíces poco profundas. Es poco exigente
en agua y nutrientes y se cultiva bien durante
todo el año (existiendo variedades de verano
recomendables para cosecharlas como
cebolla seca y de invierno para cosecharlas
como cebolla tierna). Es muy compatible
con la mayoría de las hortalizas protegiéndolas
frente a algunas plagas y no se debe
combinar con otras liliáceas ni con las leguminosas.
Tanto la cebolla como el ajo van a ser un
buen precedente, dentro de las rotaciones,
de plantas exigentes en nutrientes, ya que
tienen la capacidad de enriquecer el sustrato
gracias a las micorrizas asociadas a sus
raíces.
No suele tener graves problemas de plagas.

sembrar espinaca en casa

Espinaca.
Pertenece a la familia de las quenopodiáceas.
Es de ciclo corto y se cultiva preferentemente
en primavera u otoño ya que no
tolera muy bien las altas temperaturas. Al
igual que la lechuga debemos de cosecharla
antes de que espigue y lo podemos hacer
hoja a hoja. Es un cultivo que se adapta
muy bien a los recipientes y además desde
el punto de vista nutricional es muy interesante
ya que es una de las verduras que más
vitaminas y antioxidantes aporta. Se suele
sembrar directamente (sin hacer semillero) y
es bastante exigente en nutrientes.
La plaga que más le afecta es el pulgón

sembrar berenjenas en casa

Berenjena.
Hortaliza perteneciente a la familia de
las Solanáceas. Se cultiva durante la primavera
y el verano. Es bastante exigente en
cuanto a nutrientes, agua y es posiblemente
la hortaliza que más sol requiere, por lo que
su cultivo estará condicionado a la disposición
de un espacio muy soleado.
El fruto debe de cosecharse antes de que
madure completamente para que no pierda
sus cualidades. Tiene unas raíces muy potentes
que se desarrollan bastante horizontalmente,
por lo que necesita bastante espacio
del contenedor, aunque se puede combinar
con hortalizas de ciclo corto durante las primeras
semanas de desarrollo.
Su peor enemigo es el frío, pero si tiene
suficiente sol no suele tener graves problemas.
Le puede atacar la araña roja, el pulgón
o algunas orugas.

sembrar lechuga en casa

Lechuga.
Pertenece a la familia de las Compuestas.
Tiene un ciclo corto y se puede cultivar
durante todo el año (eligiendo la variedad
más adecuada a cada época). Es un cultivo
sencillo, no muy exigente en ningún aspecto
y muy interesante para las personas que se
inician en el huerto urbano, ya que es una
hortaliza de consumo habitual, de la cual
podemos tener una producción interesante
en poco espacio y además no suele tener
problemas de plagas y enfermedades. Se
asocia bien con la mayoría de hortalizas, sobre
todo con las de ciclo largo, permitiéndonos
ocupar el espacio de forma más eficaz.
Algunas variedades como la romana debe
de atarse 15 días antes de la cosecha para
que se forme cogollo. Deben de cosecharse
antes de que se espiguen (florezcan) lo cual
provoca que las hojas adquieran un sabor
amargo.

sembrar tomate en casa

Tomate.
Hortaliza perteneciente a la familia de
las Solanáceas. Se cultiva durante la primavera
y el verano. Es bastante exigente en
cuanto a nutrientes, agua y horas de sol.
La mayoría de las variedades tienen un
porte grande ocupando un espacio importante
del huerto urbano y requieren que
les coloquemos tutores para dirigir el crecimiento
de la planta y aguantar el peso de
los tomates. Es posiblemente uno de los
cultivos más atractivos para el aficionado al
huerto urbano, pero hay que tener en cuenta
que puede ser también uno de los más
complejos y que más problemas de plagas y
enfermedades puede tener.
Es importante realizarle una poda de los
tallos secundarios, dejando sólo 1 o 2 brotes
principales, de esta forma conseguimos
concentrar más la energía en el desarrollo de
los frutos.
Puede tener problemas de hongos
(como el mildiu) o de virus (como el bronceado
del tomate o el virus de la cuchara).
También le atacan plagas de orugas (como
la tuta o la heliothis), araña roja o mosca
blanca.

sembrar pimientos en casa

Pimiento.
Hortaliza perteneciente a la familia de
las Solanáceas. Se cultiva durante la primavera
y el verano. Es bastante exigente en
cuanto a nutrientes, agua y horas de sol.
Es una hortaliza que se adapta muy bien
al cultivo en recipientes, las variedades verdes
mejor que las rojas, siendo el pimiento
de padrón una de las variedades más interesantes
para los huertos pequeños, ya que
nos va a dar una producción interesante
para el autoconsumo desde el final de la
primavera hasta el final del verano. Una vez
se acaba la producción podemos optar por
arrancar la planta o podarla y dejarla hasta
el año siguiente que volverá a brotar en primavera.
No debemos dejar que los frutos maduren
en exceso ya que puede paralizar el crecimiento
de la planta.
No tiene grandes problemas de plagas,
le puede atacar el pulgón y la araña roja pero
no suelen producir graves daños.

plantas para cosechar en casa

Cosecha:
El momento de la cosecha es el momento
esperado en el que recogemos los frutos
de varios meses de trabajo. De hecho, tradicionalmente
en muchas localidades rurales
se celebraba la Fiesta de la Cosecha para celebrar
la recolección.
En nuestro huerto urbano la cosecha la
realizaremos conforme los frutos estén en
el momento óptimo, cogiendo en cada momento
lo que vayamos a consumir. De esta
manera comeremos hortalizas de una elevada
calidad nutricional y organoléptica.
Los frutos deben de cosecharse con cuidado
utilizando unas tijeras o un cuchillo
para no dañar la planta que debe seguir produciendo.
Algunas hortalizas como el tomate se recogen
cuando están maduras y su color rojo
nos lo va a indicar claramente. Sin embargo
hay muchas hortalizas como la berenjena,
el calabacín o el pepino que debemos recolectarlos
antes de que maduren totalmente,
siendo este el momento óptimo para el consumo.
Hay otras hortalizas como los ajos o las
cebollas con los que tenemos la opción de
cosecharlos cuando aún están tiernos o
cuando las hojas de la planta se secan, pudiendo
conservar el bubo seco durante mucho
tiempo.
Por último, decir que en un pequeño
huerto urbano, con algunas hortalizas de
hoja como la lechuga o las espinacas, nos
podemos permitir “el lujo” de cosecharlas
hoja a hoja (cogiendo siempre las hojas más
externas) según nuestra necesidad, sin tener
que arrancar toda la planta, de esta forma
recogeremos en cada momento justo lo que
nos vayamos a comer.

trasplantar plantas

Trasplante:
Cuando optamos por el cultivo en semillero,
una vez se ha desarrollado la planta debemos
de trasplantarla al recipiente definitivo
donde se va a desarrollar completamente.
Esta operación de trasplante es más o menos
delicada dependiendo de la hortaliza. Hay
especies como la cebolla, la lechuga o las
coles que soportan muy bien el trasplante e
incluso se puede realizar a raíz desnuda. Sin
embargo hay otras hortalizas como las de la
familia de las cucurbitáceas (pepino, calabacín,
sandía, melón…) donde debemos llevar
más cuidado, haciendo el trasplante manteniendo
el cepellón (el cual desharemos ligeramente
antes de transplantarlo).
El trasplante lo realizaremos cuando la
altura de la planta sea superior a la del envase
y tenga varias hojas verdaderas. En algunas
hortalizas de ciclo largo podemos hacer
repicados, que consisten en pasar del semillero
a otros recipientes más grandes antes
del traslado definitivo al huerto.

Métodos para sembrar en casa

Siembra.
Tenemos dos opciones: podemos sembrar
directamente en el huerto o podemos
hacer una siembra protegida en un semillero.
La producción de plantel en un semillero
es adecuada para muchas hortalizas
(tomates, berenjenas, pimientos, lechugas,
cebollas etc.) y nos va a aportar dos ventajas
fundamentales:
Proteger a la planta en su primera fase
de desarrollo.
Aprovechar mejor el espacio del huerto,
haciendo la selección de las plantas
que vamos a cultivar en el semillero y llevándolas
al recipiente final cuando ya tienen
cierto desarrollo.
Para el semillero podemos reutilizar
pequeños recipientes como los envases de
yogur (haciéndoles un agujero debajo para
el drenaje) o podemos comprar diferentes tipos
de semilleros que existen en el mercado,
los hay con alveolos de plástico o de turba
con o sin tapas de protección. El semillero
deberemos de colocarlo en una zona protegida
que reciba luz (incluso resguardarlo
en el interior de casa durante las noches). El
sustrato que utilizamos para el desarrollo del
plantel es el mismo que el del huerto, aunque
tamizado para eliminar las partículas
más grandes que puedan estorbar la germinación.
También existen en el mercado sustratos
preparados para semilleros.
Las semillas se siembran a una profundidad
de 2 o 3 veces su diámetro y debemos
asegurarnos de que el sustrato tiene humedad
permanentemente, ya que las plantas
en su primera fase son muy sensibles a la
falta de agua.
Algunas hortalizas como las habas, los
guisantes, las zanahorias o los rábanos, no
admiten bien el cultivo en semilleros ya que
en el trasplante la planta puede dañarse, en
estos casos sembraremos directamente en
el huerto y después de la siembra y una vez
han germinado y comenzado su desarrollo
las plantas, tendremos que eliminar el exceso
de plántulas, dejando aquellas que finalmente
se van a desarrollar con la separación
entre plantas adecuada.

ecología en el huerto urbano

Prácticas ecológicas
en el huerto urbano
Definimos agricultura ecológica como
un método de cultivo que se caracteriza por
mantener la fertilidad de la tierra, no aplicar
productos químicos de síntesis (herbicidas,
plaguicidas, hormonas, abonos químicos…)
ni utilizar organismos modificados
genéticamente.
El agricultor ecológico maneja diversas
técnicas para lograr que sus campos de
cultivo se conviertan en agrosistemas
equilibrados y con una elevada
biodiversidad, que permitan la producción
de alimentos sanos y de elevada calidad
organoléptica.
Nuestro huerto urbano debe de ser en
la medida de lo posible ecológico. Como
hemos mencionado anteriormente, crear
un huerto en casa debe de convertirse
en una experiencia de sostenibilidad y de
educación ambiental, que nos permita
obtener alimentos sanos y de calidad, por
ello no tiene ningún sentido la utilización de
productos químicos de síntesis para fertilizar
la tierra o para combatir plagas.
En el cultivo en recipientes al no
disponer de un suelo propiamente dicho,
tenemos limitaciones para aplicar algunas
de las técnicas de la agricultura ecológica,
sin embargo podemos tener en cuenta sus
conceptos y adaptarlos a nuestro huerto
urbano.
A continuación, mostramos ideas
importantes de la agricultura ecológica que
aplicaremos a nuestro huerto en casa:
Biodiversidad: nuestro huerto debe de
ser un espacio con la mayor biodiversidad
posible, en el que cultivemos diversas
hortalizas, pero donde también haya
espacio para las plantas aromáticas y
las flores (muchas de ellas actúan como
repelentes naturales de plagas. -Ver anexo
i: Plantas vivas como repelentes.-. El objetivo
es conseguir un espacio de cultivo
equilibrado, donde podamos atraer
a fauna beneficiosa que nos ayude a
controlar posibles plagas y enfermedades.
Asociaciones de cultivo: es una
de las prácticas fundamentales en
agricultura ecológica. Básicamente
consiste en combinar cultivos buscando
un beneficio en relación a la protección
frente a plagas o el aprovechamiento de
los recursos (agua, luz o nutrientes). Las
asociaciones positivas suelen producirse
entre hortalizas muy diferentes (de
diferentes familias y con diferentes partes
aprovechables) ya que no competirán
por los mismos nutrientes, ni por la luz
y tampoco tendrán las mismas plagas o
enfermedades. -Ver anexo IV: Asociacioines de
cultivo.-.
Sucesiones de cultivos: las sucesiones
son un tipo de asociación entre cultivos
que permite un mejor aprovechamiento
del espacio. Una de las mayores
limitaciones que tendremos en nuestro
huerto urbano será el espacio disponible,
por ello es importante combinar los
cultivos de un mismo recipiente en el
espacio y en el tiempo teniendo en cuenta
sus ciclos. Podemos combinar hortalizas
de ciclo largo con otras de ciclo corto,
de forma que mientras las primeras se
van desarrollando podemos cosechar las
segundas aprovechando el espacio sin
provocar ningún perjuicio. Un ejemplo de
sucesión puede ser el tomate (ciclo largo),
con la lechuga (ciclo medio) y con el rábano
(ciclo corto). En este caso recolectaremos
primero los rábanos, antes de que puedan
llegar a estorbar a las lechugas, las cuales
recolectaremos a continuación, antes de
que la tomatera sea demasiado grande y
empiece a producirle sombra.
Combinando las asociaciones y las
sucesiones conseguiremos optimizar
nuestro espacio de cultivo, mejorando la
producción y la salud de las plantas.
Rotación de cultivos: también es
una de las prácticas fundamentales de la
agricultura ecológica y base del cuidado
y conservación de la fertilidad del suelo.
En el caso del cultivo en recipientes
tendremos que tener muy en cuenta no
plantar la misma especie en un mismo
recipiente dos veces seguidas, ya que
es probable que el cultivo anterior haya
agotado algunos nutrientes específicos
y por tanto si repetimos la misma
planta tendrá deficiencias. Por otro
lado si repetimos cultivo, tenemos más
probabilidad de que la planta coja alguna
enfermedad o plaga del cultivo anterior. A
la hora de elegir las rotaciones tendremos
en cuenta que después de un cultivo
exigente en nutrientes será interesante
cultivar una hortaliza poco exigente y/o
mejorante (habas, cebollas, ajos…).
Control de plagas y enfermedades: en
la agricultura ecológica el mejor método
de control de las plagas y enfermedades
de los cultivos es la prevención. Es
decir, si conseguimos que nuestro
huerto sea un espacio equilibrado, con
elevada biodiversidad, con rotaciones y
asociaciones adecuadas conseguiremos
que sea mucho más resistente a posibles
plagas y enfermedades. En el caso de
sufrir una, lo primero que debemos
pensar es en su causa, que muchas veces
está relacionada con alguna mala práctica
en el manejo del huerto: riego, abonado,
época de cultivo etc. (por ejemplo: un
abonado excesivo en Nitrógeno puede
favorecer la aparición de una plaga de
pulgón). Es decir las plagas van a actuar
como indicadores de que algo estamos
haciendo mal y por lo tanto debemos
detectar el error y corregirlo.
En cualquier caso, no tiene ningún
sentido que en nuestro pequeño huerto
tratemos las plagas con productos químicos,
olvidándonos de nuestro objetivo de
conseguir alimentos sanos de forma
sostenible. Ante una plaga hay otros modos
de actuación:
En primer lugar, hay que valorar si
lo que tenemos es una plaga que está
provocándonos un grave problema o si la
población de organismos potencialmente
plaga está controlada y no produce
graves daños (incluso puede atraer a
insectos beneficiosos). Esta capacidad de
observación, fundamental en el huerto, la
vamos a ir adquiriendo con la experiencia.
En segundo lugar, y teniendo en cuenta
que nuestro huerto es de reducidas
dimensiones, ante una plaga podemos
actuar manualmente, podando hojas
y brotes enfermos, incluso quitando
una planta entera. También podemos
quitar manualmente orugas o pulgones,
repasando los cultivos.
Como último recurso podemos tratar
las plantas con algún preparado casero a
partir de plantas, o mediante alguno de
los productos autorizados en agricultura
ecológica que podemos encontrar en
comercios especializados, como: extracto
de Neem, Pelitre, Bacillus thuringensis etc.

Cómo crear un huerto en casa

Cómo crear un
huerto en casa?
Usamos recipientes:
El cultivo en espacios urbanos sin suelo
(balcones, terrazas o patios) nos obliga
a usar recipientes para albergar nuestras
plantas. Estos recipientes pueden ser muy
variados; podemos utilizar jardineras, macetas,
mesas de cultivo, recipientes a partir de
materiales reciclados o construirlos nosotros
mismos utilizando bloques, madera u otros
materiales.
El cultivo en recipientes tiene algunas
dificultades, que son fundamentalmente las
siguientes:
Poca profundidad de sustrato, lo cual
puede limitar el desarrollo de algunas
hortalizas, sobre todo en el caso de plantas
de tubérculo o plantas de mucho desarrollo
aéreo y frutos muy grandes como
las sandías. Por ello, debemos elegir hortalizas
adecuadas al cultivo en recipientes,
comenzando por aquellas que ofrecen
menos complicaciones como las lechugas,
los rábanos, la rúcula, los ajos etc.
Dificultades para ajustar el riego. En los
recipientes, el agua se agota con mayor
facilidad, lo cual nos va a obligar a estar
más pendientes del riego. Por otro lado a
veces caemos en un exceso de agua que
puede provocar un lavado de nutrientes
fundamentales para la planta. Por tanto
una de las tareas más importantes y donde
tenemos que ser más precisos es en el
riego, siendo de gran ayuda los sistemas
de goteo.
Los recipientes transmiten la temperatura
exterior al sustrato que albergan de
forma que el sustrato se calienta más en
verano y se enfría más en invierno que
cualquier suelo, dificultando el desarrollo
radicular de las plantas (sobre todo en los
recipientes más pequeños). Para controlar
mejor la temperatura es interesante no
poner los recipientes en contacto directo
con el suelo permitiendo que circule el
aire por debajo, en este sentido son muy
adecuadas también las mesas de cultivo
que además nos van a permitir un manejo
más cómodo.
Estas dificultades las debemos tener
presentes a la hora de planificar y manejar
nuestro huerto urbano, pero no nos van a
impedir desarrollar nuestro huerto de una
forma satisfactoria.
Usamos sustratos:
Para el cultivo en recipientes lo más
adecuado es usar sustratos orgánicos. No
debemos utilizar tierra ya que esta tiene una
mayor densidad y por tanto un mayor peso
(hasta 3 veces más que el sustrato orgánico).
Además los sustratos orgánicos tienen una
mayor capacidad para almacenar agua y nutrientes
lo cual es muy importante teniendo
en cuenta las dificultades mencionadas anteriormente
del cultivo en recipientes.
Podemos decir que un buen sustrato
tiene que tener las siguientes características:
Ser ligero, para permitirnos su manejo
con facilidad y no sobrecargar nuestras
terrazas o balcones.
Tener una adecuada porosidad, que
permita una buena aeración (circulación
del aire que permita la respiración de las
raíces) y retención de agua (que permita
que se cree una reserva de agua en el sustrato
a disposición de las raíces).
Retener nutrientes fundamentales.
Estas 3 características las tienen los
sustratos orgánicos compostados, como el
compost o el vermicompost (residuo orgánico
digerido por la lombriz de California)
que además van actuar como abonos aportando
todos los nutrientes que necesita la
planta. Otra característica fundamental del
compost es que va a servir de alimento a los
microorganismos que se desarrollan en el
sustrato, los cuales van a procesarlo, mejorando
la disponibilidad de nutrientes para la
planta. Además, el compost va liberando los
nutrientes de una forma progresiva, conforme
se va descomponiendo, lo cual permite
que el sustrato disponga de nutrientes durante
un tiempo prolongado.
Existen en el mercado sustratos que no
aportan muchos nutrientes pero que tienen
algunas de las propiedades mencionadas
(ligereza, aeración, retención de agua y retención
de nutrientes) como la fibra de coco
o el sustrato estándar. Por ello puede ser interesante
y más económico componer nuestro
sustrato combinando uno que aporte
buenas condiciones estructurales y otro que
actúe como abono aportando los nutrientes
y las propiedades de la materia orgánica.
Cada vez que acabamos un ciclo de cultivo
y retiramos las plantas, es conveniente
remover el sustrato para evitar la compactación
que éste sufre con el tiempo, mejorando
la porosidad y evitando la formación
de grietas. También es necesario hacer una
nueva aportación de compost o vermicompost
para reponer los nutrientes que se hayan
consumido o lavado.
El agricultor urbano experimentado
puede plantearse como una actividad muy
interesante la realización de compost o vermicompost
casero, utilizando para ellos restos
orgánicos de la cocina y los residuos de
poda del propio huerto. Esta labor nos va a
permitir cerrar el ciclo de la materia y la energía
en nuestro huerto y nos va a aportar un
abono de calidad que podemos utilizar para
reponer nutrientes después de cada ciclo o
como enmienda para los cultivos más exigentes
en nutrientes.
Sistema de riego:
Como se ha mencionado anteriormente,
el riego va a ser la tarea que más tiempo nos
va a ocupar en el huerto y una de las más delicadas.
El cultivo en recipientes requiere un
control más fino de la humedad del sustrato
que nos permita mantenerlo con una humedad
constante, por lo cual debemos de ajustar
muy bien el riego a la época del año y a
las hortalizas que estemos cultivando.
Podemos regar de forma manual, lo cual
será un buen método sobre todo en pequeños
huertos (3 o 4 macetas). Para regar de
forma manual, lo más adecuado es el uso de
la regadera y haciendo el riego poco a poco
para evitar la formación de grietas en el sustrato.
Este es un problema habitual cuando
se aplica el agua demasiado deprisa, que
provoca que el agua se escurra por estas
grietas saliendo por debajo antes de llegar a
empapar de forma adecuada el sustrato.
En el caso de que tengamos un huerto
relativamente grande y sobre todo si en la
época de verano recibimos mucha insolación,
es de gran ayuda la instalación de un
sistema de riego por goteo con programador.
Este sistema nos va a permitir controlar
el caudal de riego y la frecuencia de una
forma más exacta, aportando al sustrato
el agua que necesita, sin malgastarla y sin
provocar excesos de riego que suponen el
lavado de nutrientes fundamentales. Para
instalarlo, conectamos a la salida del grifo
el programador que abre y cierra el grifo en
función de lo que nosotros le marquemos
(normalmente tienen 2 variables: frecuencia
de riego y duración de cada riego), a continuación
del programador es necesario conectar
un reductor de presión que disminuye
la presión del agua de la red, haciéndola
adecuada a la presión recomendada para los
goteros. Por último también es interesante
colocar un filtro que retenga la cal y otras
impurezas del agua evitando la obstrucción
de los goteros.
En el caso de no disponer en nuestro
balcón o terraza de una toma de agua, podemos
optar por montar el riego a partir
de un depósito, el cual lo colocaremos en
altura para permitir que el agua circule por
gravedad. También existe la posibilidad de
disponer de un depósito que recoja el agua
de lluvia conectado a la bajante de aguas
pluviales, aprovechando de esta forma este
agua que es de mejor calidad que la del grifo.
Por último comentar la opción de las
jardineras con autoriego, que disponen de
un depósito de agua en la parte baja que
mantiene húmedo el sustrato permanentemente.
Este sistema puede dar buenos resultados
sobre todo en las hortalizas menos
exigentes con el agua.
Cualquiera de los sistemas de riego mencionados
puede ser bueno, aunque su buen
funcionamiento dependerá de que el sustrato
sea de buena calidad y esté bien estructurado,
ya que esto permitirá que al regar el
agua tenga una buena distribución en horizontal
y no tanto en vertical. Si la estructura
del sustrato no es la adecuada el agua tiende
a filtrarse por las grietas que se forman y
acaba perdiéndose por debajo del sustrato,
antes de empaparlo adecuadamente.
Semillas y plantones:
Una vez tenemos claro el espacio que
vamos a emplear para nuestro huerto en
casa, tenemos los recipientes, el sustrato y el
sistema de riego, sólo nos queda conseguir
las plantas que vamos a cultivar.
La mayor parte las hortalizas las vamos
a obtener a través de semillas (reproducción
sexual), aunque también hay algunas que se
cultivan a partir de partes de planta (reproducción
asexual), como es el caso de los ajos
o de las patatas. Las semillas las podemos
conseguir en tiendas especializadas donde
encontraremos las marcas comerciales, que
pueden sernos útiles, aunque tienen como
inconveniente el hecho de que son variedades
genéricas que no están adaptadas específicamente
al clima de nuestra zona. Cada
vez más podemos encontrar en el mercado
semillas ecológicas e incluso variedades
locales, lo cual es muy interesante desde
el punto de vista de la adecuación al clima
de nuestra zona y también por el hecho
de poder producir variedades que no encontramos
normalmente en los mercados,
rescatando sabores del pasado. Por último
existe otra opción para conseguir semillas
que es el intercambio con otros agricultores,
en este sentido cada día son más habituales
los jornadas de intercambio que organizan
diferentes colectivos. En una fase avanzada
de nuestra experiencia como agricultores
urbanos podemos plantearnos también la
obtención de semillas de nuestros propios
cultivos, seleccionando aquellas plantas
más vigorosas y que mejores cosechas han
producido.
Otra opción para comenzar el cultivo
de hortalizas puede ser conseguir plantel
en comercios especializados. Cada vez son
más los viveros cercanos a las ciudades que
ofrecen plantel (sobre todo en primavera)
debido al aumento importante de aficionados
al huerto en casa. Esta es una opción interesante
para aquellos que se inician en el
cultivo ya que, aunque no vemos la primera
parte del ciclo de la planta, simplifica bastante
las tareas del huerto.
Poco a poco, conforme vayamos adquiriendo
experiencia, podemos ir combinando
el uso de semillas y plantones, incluso
ser capaces de obtener y conservar nuestras
propias semillas e intercambiarlas con otros
agricultores, buscando las variedades locales
e incluso haciendo una tarea de recuperación
de aquellas variedades tradicionales
que están en peligro de extinción.

Qué necesitamos para tener un huerto

Aquellas personas que disponen de un
pequeño terreno en sus viviendas pueden
utilizarlo para crear un huerto de una forma
sencilla, preparando el suelo para el cultivo
de hortalizas. Sin embargo, la gran mayoría
de la población que habita en las ciudades
no dispone de un terreno en casa, lo cual no
es un impedimento para tener un pequeño
huerto adaptado al espacio disponible. De
hecho, podemos crear un huerto prácticamente
en cualquier lugar; ventanas, balcones,
terrazas o patios utilizando recipientes
para el cultivo. Los únicos requerimientos
que necesitamos, son:
Disponer de un lugar con luz directa.
Las hortalizas al igual que el resto de las
plantas necesitan la luz solar para obtener
energía a través de la fotosíntesis. En principio
la mejor orientación será aquella que
nos permita una buena cantidad de horas
de luz directa, normalmente orientación
sur o sureste, aunque también habrá
que tener en cuenta los obstáculos que
podamos tener y que nos puedan crear
sombras (edificios, etc.). En la mayoría de
las ocasiones no podemos elegir entre varias
ubicaciones para el huerto y tenemos
que adaptarnos al espacio disponible. En
cualquier caso, será importante valorar la
disponibilidad de luz que tenemos en las
diferentes épocas del año y valorar qué
tipo de cultivo vamos a realizar. Puede ser
que nuestro espacio sólo permita el cultivo
en primavera-verano, época durante la
cual la trayectoria del Sol es más elevada,
disponiendo de luz suficiente, mientras
que en invierno no reciba nada de luz. Sin
embargo hay espacios que disponen de
luz suficiente durante todo el año, pudiéndose
cultivar en cada época los cultivos de
temporada.
En función de la insolación que tengamos
también elegiremos las hortalizas
que cultivaremos, de forma que si tenemos
muchas horas de sol en verano elegiremos
aquellos cultivos exigentes en este sentido
como las berenjenas, los tomates o los
pimientos, aunque también nos supondrá
llevar un control más exigente del riego.
Mientras que si recibimos menos horas de
sol, optaremos por cultivos menos exigentes
como lechugas, cebollas, rábanos, escarolas,
coles…
Disponer de agua. El lugar elegido
para el huerto tiene que tener una toma
de agua cercana que nos permita coger la
que necesitemos para el riego mediante
una regadera o una manguera o poder
instalar un sistema de riego por goteo.
Si nuestro espacio tiene suficiente luz directa
y podemos disponer de agua sin problemas,
podremos crear un huerto en casa
utilizando los recipientes que creamos más
adecuados y cultivando aquellas hortalizas
que mejor se adapten al espacio disponible,
las horas de sol y el tiempo que le vayamos
a dedicar.

huerto en casa


Porque es una experiencia apasionante.
Hoy en día la mayor parte de la población
vive en las ciudades, en un ambiente
urbano, cargado de asfalto, ruido y estrés.
Los paisajes y la actividad agrícola urbana y
periurbana se ha reducido ostensiblemente,
aumentando los espacios dedicados a la
industria y a los servicios. Nuestro contacto
con la Naturaleza se ha reducido en muchas
ocasiones a los parques y jardines urbanos
o a salidas esporádicas al campo los fines
de semana. Este alejamiento del mundo natural
y rural hace que al urbanita le cueste
mucho entender los ciclos de la Naturaleza
y los cambios estacionales. Además está
acostumbrado a acceder a todo tipo de alimentos
de una forma inmediata y en cualquier
época del año, sin pararse a analizar
de donde vienen estos alimentos ó en qué
condiciones se han producido.
Sin embargo, cada vez son más las personas
que demandan el reverdecimiento de
las ciudades, la recuperación de la agricultura
urbana y periurbana y la preocupación
por acceder a alimentos frescos y ecológicos.
En este contexto, crear un pequeño
huerto en casa, en un balcón, terraza o patio,
se convierte en una actividad que puede ser
muy satisfactoria y enriquecedora. De hecho
cuanto más urbano es el paisaje que nos rodea
más éxito tendrá esta experiencia que
nos permitirá entender mejor la Naturaleza y
valorar la contribución de la agricultura tradicional
y ecológica al desarrollo sostenible.
La práctica de la agricultura doméstica,
aprovechando cualquier espacio soleado de
nuestras casas, nos va a aportar multitud de
beneficios, algunos de ellos son:
Potencia nuestra capacidad de observación
y de entendimiento del medio
natural. Ver cómo se desarrollan nuestras
hortalizas, la influencia del clima o la relación
que se crea con insectos y demás seres
vivos, nos ayuda a comprender mejor
los ciclos naturales.
Aumenta nuestra sensibilidad hacia la
sostenibilidad. El contacto con la Naturaleza
a través de nuestro huerto probablemente
nos motivará a llevar una vida más
sostenible, en cuestiones como el consumo,
el ahorro energético etc.
El huerto resulta una actividad muy
divertida, relajante y que disminuye el estrés.
El tiempo que dedicamos cada día a
nuestras plantas nos ayuda a desconectar
del ritmo trepidante de la ciudad.
El huerto es una herramienta extraordinaria
para la educación ambiental de
nuestros hijos. Los niños van a poder experimentar
en el huerto, tocar la tierra, reconocer
las plantas y comer las hortalizas
que ellos mismos han ayudado a cultivar.
Nos permite redescubrir la calidad organoléptica
de los alimentos. Podemos
cosechar las hortalizas en su punto óptimo
de maduración y comerlas minutos
después, esto hace que tengan todo su
sabor, mucho mejor que el de las hortalizas
de la mayoría de comercios.
Seguridad de que lo que comemos no
lleva ningún plaguicida ni herbicida de
síntesis química, ya que nosotros mismos
lo hemos cultivado siguiendo prácticas
ecológicas. Este aspecto debe de ser prioritario
en el huerto de casa, ya que el objetivo
no es obtener una gran producción,
sino producir alimentos saludables, ricos y
desarrollando una actividad de ocio sostenible.
Nos motiva a preocuparnos por la calidad
de los alimentos que compramos,
valorando su origen, los procesos de producción
y distribución y valorando cuestiones
fundamentales como la seguridad
y la soberanía alimentaria.
Nos ayuda a valorizar la figura del agricultor
y la agricultura tradicional. Cuando
nos iniciamos en la agricultura doméstica
nos damos cuenta de la cantidad de conocimientos
que son necesarios y que se van
adquiriendo con la experimentación, esto
nos hace valorar mucho más al agricultor
de toda la vida que conoce el campo porque
lo ha vivido.
Además en el caso de huertos realizados
en terrazas o azoteas puede llegar a
tener importancia en el ahorro energético
de la vivienda, disminuyendo la temperatura
y permitiendo un ahorro en climatización.
Todos estos y otros muchos son beneficios
que nos puede aportar tener un pequeño
huerto en casa, siempre que tengamos
claros los objetivos del mismo y superemos
las dificultades iniciales que, como personas
de ciudad, podemos tener: impaciencia,
querer obtener resultados rápidamente y
sin complicaciones, poca capacidad de observación,
querer reproducir la agricultura
convencional en nuestro balcón etc.
Una vez superados estos inconvenientes
y adoptando una actitud de curiosidad
y de predisposición al aprendizaje continuo,
conseguiremos que nuestro huerto sea una
experiencia fascinante.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Mezclas de sustratos cultivos hidropónicos

Todos los materiales mencionados se pueden utilizar solos. Sin
embargo, algunas mezclas de ellos han sido probadas con éxito, en diferentes
proporciones, para el cultivo de más de 30 especies de plantas.
Las mezclas más recomendadas de acuerdo con los ensayos hechos en
varios países de América Latina y el Caribe son:
- 50% de cáscara de arroz con 50% de escoria de carbón
- 80% de cáscara de arroz con 20% de aserrín
- 60% de cáscara de arroz con 40% de arena de río
- 60% de cáscara de arroz con 40% de escoria volcánica.
En el sistema HHP con sustrato sólido, la raíz de la planta crece y
absorbe agua y nutrientes que son aplicados diariamente a la mezcla de
materiales sólidos.
En el método de sustrato líquido o raíz flotante, el agua se usa con el
mismo fin, permitiendo el desarrollo de las raíces, y la absorción de agua y de
las sustancias nutritivas adicionales. Este sistema sólo se recomienda para el
cultivo de lechugas de diferentes variedades, apio y albahaca. Se han probado
otros cultivos, pero los resultados no han sido satisfactorios en todos los
lugares, por lo que preferimos no generalizar la recomendación.
Los sistemas de cultivo en medios sólidos o líquidos serán explicados
en detalle en la clase número cinco

Sustratos de origen inorgánico cultivo hidropónico

- Escoria de carbón mineral quemado
- Escorias o tobas volcánicas
- Arenas de ríos o corrientes de agua limpias que no tengan alto
contenido salino
- Grava fina
- Maicillo.
Cuando se usan escorias de carbón, tobas volcánicas o arenas de ríos,
estos materiales deben lavarse cuatro o cinco veces en recipientes grandes, para
eliminar todas aquellas partículas pequeñas que flotan. El sustrato ya está en
condiciones de ser usado cuando el agua del lavado sale clara. Si las cantidades
de sustrato que se necesitan son muy grandes, entonces se deben utilizar
arneros o mallas durante el lavado, para retener las partículas de tamaño
superior a medio milímetro. También deben excluirse las que tengan tamaño
superior a 7 mm.
El exceso de partículas con tamaños inferiores al mínimo indicado
dificultan el drenaje de los excedentes de agua y, por lo tanto, limitan la
aireación de las raíces. Los tamaños superiores impiden la germinación de las semillas pequeñas, como la de apio y lechuga, y además restan consistencia al
sustrato. Lo anterior limita la retención de humedad y la correcta formación de
bulbos, raíces y tubérculos.
Algunas escorias de carbón o de volcanes tienen niveles de acidez muy
altos y algunas arenas (como las arenas de mar) los tienen muy bajos (son
alcalinas). Estos materiales deben ser lavados muy cuidadosamente, hasta que
no les queden sustancias que los hagan muy ácidos o muy básicos.
Si no es posible acondicionar con el lavado estos materiales a niveles
de acidez ligeramente ácidos o próximos a la neutralidad (pH 6,5-7,0) es
preferible excluirlos y utilizar otros. Ello es preferible antes que afectar la
eficacia de las soluciones nutritivas que se aplicarán y, por lo tanto, el
desarrollo de los cultivos en una HHP.

Materiales y construcción del contenedor de la huerta hidropónica

Materiales y construcción del contenedor
Los materiales que se necesitan son los siguientes:
- tablas en desuso o nuevas, dependiendo de las posibilidades
económicas (dos de 2 metros; dos de 1,20; 13 de 1,30; y seis de 0,32 de
largo)
- 110 clavos de 1 1/2 pulgada, martillo, serrucho, engrampadora
(corchetera) y cinta métrica (huincha)
- 3,68 m2 (2,36 x 1,56) de plástico negro de calibre 0,10
- diez centímetros de manguerita de polietileno o caucho, de color negro,
de 7 a 10 milímetros de diámetro.
1. Después de calcular y medir las dimensiones cortamos las tablas en
forma muy pareja, obteniendo las dos tablas de 2 m que conforman el largo y
las dos de 1,20 m del ancho del contenedor (este ancho nos permite trabajar
cómodamente alrededor del contenedor).
2. Clavando estas cuatro tablas obtenemos el marco del contenedor. El
ancho de 12 cm de las tablas nos da la altura ideal. Estas son las dimensiones
que tomaremos como ejemplo dentro de este Manual.
3. Las tablas de 1,30 m se clavan atravesadas a lo ancho en la parte que
irá hacia abajo, colocando primero las de los dos extremos, que deben ir
perfectamente alineadas por todos los lados con las del marco. Las demás se
clavan dejando una separación de 3-4 cm entre una y otra, con lo que queda
terminada la caja, cuya altura no debe ser superior a 12 cm. Al clavar las tablas,
hay que tener la precaución de que éstas queden bien emparejadas en las
esquinas y bordes, para que no haya salientes que pudieran romper el plástico,
ya que esto afectaría la impermeabilidad de la cama, ocasionaría desperdicio de
agua y nutrientes, y disminuiría la duración.
4. Después de terminada la caja, clavamos las seis patas en los cuatro
extremos y en el centro de cada lado; deben colocarse en la parte externa de la
cama, nunca en su parte interior, pues allí dificultan la colocación del plástico,
disminuyen el área útil y hacen más difícil las labores de manejo. La función de
las patas es hacer que la base de la cama quede separada del suelo, permitiendo
una buena circulación de aire. De este modo ayuda a que no se produzca
humedecimiento del área próxima al cultivo y se disminuye el riesgo de
enfermedades y la aparición de algunos insectos que se establecen debajo de
ella sin ser detectados. Veinte (20) centímetros de separación entre la base de la
cama y el suelo son suficientes, pero del punto de vista de la comodidad de
quien trabaja en la HHP y de la prevención de daños por niños o animales, la
altura ideal de las patas es un metro, pero se debe considerar que esto conlleva
mayores gastos en madera.
Colocación del plástico (impermeabilización)
Para impermeabilizar el contenedor se necesita un plástico negro de
calibre 0,10; su función es evitar el humedecimiento y pudrición de la madera e
impedir que se pierdan los nutrientes rápidamente. El color negro es para evitar
la formación de algas y para dar mayor oscuridad a la zona de las raíces. El
plástico nunca debe colocarse sobre el piso, a menos que se hayan barrido de
éste todas las asperezas que pudieran perforarlo o que esté forrado con
periódicos viejos. Siempre debería medirse y cortarse sostenido en el aire.
5. El cálculo de las dimensiones para cortar el plástico se hace de la
siguiente manera: el largo total del contenedor deberá ser de más de tres (3)
veces su altura. Tomando como ejemplo las dimensiones que ya hemos dado,
tenemos dos (2) metros más 12 x 3 = 36 centímetros, lo que nos da un total de
dos metros con treinta y seis centímetros. Esto es lo que debemos cortar para el
largo. Para el ancho medimos la dimensión que tiene, que es de 1,20 metros
más tres veces la altura (12 cm) lo que nos da un total de un metro con
cincuenta y seis centímetros.
6. Ahora procedemos a colocarlo en el contenedor con mucho cuidado,
para no romperlo ni perforarlo con las astillas de la madera, clavos salientes o
las uñas. En las esquinas, el plástico debe quedar bien en contacto con el marco
y con la base El plástico debe engramparse (corchetearse) a los
costados exteriores del marco del contenedor
Colocación del drenaje
7. Todo recipiente que se va a destinar a HHP en sustrato sólido (este
punto será explicado más adelante) deberá tener un orificio de drenaje, por el
cual podrán escurrir los excesos de agua o de sales nutritivas. En los
contenedores, este drenaje debe estar ubicado en la mitad de uno de los
extremos. A una altura de 1,5 cm haga un orificio de 7 mm, por donde se
pasará un trocito de manguera de la misma dimensión, preferentemente de
color negro. Esta manguerita debe tener 10 cm de largo y tiene que quedar
conectada en forma hermética por dentro del plástico en una longitud no mayor
de 1,5 cm.
8. Para que el sellado entre la manguerita y el plástico sea hermético, se
usa un clavo caliente o un cigarrillo encendido aplicado en el centro del sitio
donde la manguerita hace contacto con el plástico; se empuja la manguera de
afuera hacia adentro, de tal manera que en un solo movimiento quede soldada a
él . Después de introducida la manguerita en el plástico se deja
enfriar para que haya un mejor sellado.
9. Luego se comienza a colocar el sustrato justamente en el punto del
drenaje y desde ese extremo hacia el resto del contenedor, lo que evitará
cualquier movimiento del plástico y que la manguera se despegue .
El contenedor se coloca sobre el terreno, dejando un pequeño desnivel hacia el
punto de drenaje, que puede ser de 0,5 a 1 por ciento (equivalente a 0,5 - 1 cm
de desnivel por cada metro de longitud que tenga el contenedor). Si el
contenedor va a ser utilizado para cultivar lechugas en el sistema de raíz
flotante (que se explicará más adelante) no debe perforarse el drenaje, ya que se
necesita conservarlo en agua con los nutrientes por varias semanas.
En aquellos casos en que el espacio permita colocar varias unidades de
producción (contenedores) hay que tener en cuenta la ubicación de los mismos,
dejando un pasillo de cincuenta (50) centímetros para poder circular a su
alrededor con facilidad. Un contenedor de este tipo, bien construido e
impermeabilizado correctamente, puede durar más de cuatro años en uso
constante, sin que haya que hacerle reparaciones ni sustituciones de ninguna de
sus partes.
Otro tipo de contenedores
Las mangas verticales y los canales horizontales (atravesados)
constituyen otro tipo de contenedores, igual de eficientes que el anterior pero
que sirven para espacios más pequeños.
Mangas verticales
Las mangas verticales vienen ya fabricadas en diferentes anchos y
calibres. Debe preferirse el calibre 0,20, el ancho de 20 centímetros y el color
negro (el calibre 0,20 es importante, dado que deben soportar el peso del
sustrato). Estas mangas se compran por kilos o por metros, ya listas para
hacerles las perforaciones donde irán las plantitas. El procedimiento es el
siguiente:
1. Corte trozos de la manga de dos metros de largo, o del
largo que considere que puede manejar de acuerdo con el sitio donde las va a
colgar y a la estatura de quienes las van a regar y a cuidar.
2. Sobre una mesa larga, o sobre el piso bien limpio y cubierto con papel
periódico (para no perforar el plástico) extienda la manga en forma plana.
Trace una línea de 12 cm en cada uno de los extremos, utilizando un plumón o
marcador
3. Desde una de esas líneas inicie la marcación de puntos distanciados
según el cultivo que prefiera sembrar (vea las distancias sugeridas para los
diferentes cultivos de trasplante en el Anexo V) iniciando con dos puntos
paralelos al borde de la manga y a 2 cm de su borde; después trace un solo
punto a la distancia seleccionada, pero ubicándolo en el centro de los dos
anteriores y conformando un triángulo. Siga alternando en la misma forma dos
puntos y un punto hasta la línea que trazó en el extremo opuesto (ver el video).
De vuelta a la manga, trace las líneas de base a 12 cm de cada uno de los
extremos e inicie el mismo procedimiento del lado anterior, comenzando
siempre en el mismo lado. No marque dos puntos, sino uno en el centro de la
manga y después los dos laterales. Siga alternando uno y dos puntos a las
distancias que ya seleccionó, hasta que llegue al otro extremo
4. Cuando la manga haya quedado marcada con puntos por ambos lados,
tome un trozo de tubo de metal de 20 cm de largo y 2,5 cm de diámetro, al que
le haya afilado un borde exterior en uno de sus extremos (en redondo). Tome
un pedazo de cartón o varias páginas de periódico dobladas, de un ancho un
poco inferior al diámetro de la manga, y métalo por uno de sus extremos hasta
que llegue a la zona de los puntos. Ahora apriete el extremo afilado del tubo
(ver video) en el centro de cada uno de los puntos marcados y haga girar el tubo
(apretando con presión) hasta cortar el círculo de plástico. Siga avanzando
hacia el otro extremo, repitiendo este procedimiento y deslizando el trozo de
cartón o de periódico por el interior de la manga para que el tubo sólo corte la
cara correspondiente de ella. No corte hasta el otro lado en un punto que no
corresponda.
5. A 8 cm de uno de los extremos amarre la manga con un cáñamo, hilo o
fibra de nylon, dando varias vueltas y apretando fuertemente el nudo.
6. Ahora, ya se puede iniciar el llenado de la manga con la mezcla de
sustrato (su composición se explicará más adelante) que debe estar hecha y
humedecida por lo menos desde el día anterior, especialmente si tiene cáscara
de arroz, que tarda muchas horas en humedecerse lo suficiente. No eche el
sustrato dentro de la bolsa si no está previamente mojado; ya dentro de ella será
imposible mojarlo antes de la siembra, lo que es muy importante.
7. Cuando haya terminado de llenar la bolsa con el sustrato húmedo,
colóquela verticalmente dándole algunos golpecitos suaves sobre el piso limpio
de asperezas, para bajar el sustrato. La manga se cierra por su parte superior, de
la misma forma que se cerró en el otro extremo, y con una tijera se le hace un
corte redondo de 3 cm de diámetro que es por donde se le suministrará el riego.
También es posible, con un poco más de trabajo, colocarle un pedazo de botella
desechable a manera de embudo, con la tapa perforada con seis hoyitos,
amarrando la boca de la botella cuando se hace el nudo de la manga en la parte
superior.
8. La manga se deja colgada o recostada. No se siembra el mismo día que
se llenó, sino que durante dos o tres días se deben aplicar riegos con solución
nutritiva para que el sustrato baje o se estabilice. Después de esto y a la sombra,
se trasplantan las plántulas de la especie que se haya seleccionado. Para el
trasplante se hacen hoyos que apuntan hacia abajo a través de cada una de las
perforaciones de la manga y se meten las raíces con mucha paciencia y
cuidado, tratando de no romperlas ni maltratarlas.
Si el tiempo es soleado y caluroso, se deja la manga a la sombra
durante tres días, para asegurar el prendimiento y después se cuelga en el sitio
donde va a quedar definitivamente (ver video). Los excesos de agua y
nutrientes saldrán por el extremo donde se hizo el nudo inferior. Este líquido se
debe recoger y aplicar nuevamente en los riegos posteriores.
En las mangas verticales no se siembran especies de siembra directa,
sólo deben sembrarse especies de trasplante. Usando este sistema se han tenido
muy buenos resultados con fresa o frutilla, perejil (rizado o liso), lechugas,
achicorias y plantas ornamentales de flor de porte reducido. Para la preparación
del sustrato de estas mangas, se debe disminuir un poco la cantidad del
componente más pesado y aumentar el más liviano y que retenga más
humedad. La nutrición se hace de la misma manera que en un contenedor de
madera, regando todos los días con solución nutritiva y con agua cuando es
necesario.
Canales horizontales
Los canales o mangas horizontales se pueden ubicar sobre
el terreno (en la base de las paredes) o colgadas sobre las paredes, a varias
alturas. Se utiliza plástico negro de calibre 0,15 o 0,20 de 50 o 60 cm de
diámetro que se compra en forma de manga con esas dimensiones.
1. Para hacer un canal colgado de 4 metros de largo, después de ubicar el
sitio, se corta un trozo de manga del largo que permita el espacio disponible, no
debiendo ser superior a los cuatro metros . Si se va a construir
un canal apoyado en el suelo, la longitud puede ser hasta de 10 metros.
2. Se cortan dos pedazos de hilo, cáñamo o fibra de nylon resistente de
nueve (9) metros cada uno. Individualmente se doblan en dos partes y se hacen
nudos a los largo del hilo cada 80 cm. Con la ayuda de una persona, se mete el
primer pedazo de pita anudado dentro de la manga hasta que salga al otro lado,
dejando a cada extremo un sobrante de 50 cm. Luego se tensa el hilo y se deja
que el doblez de uno de los lados de la manga se apoye sobre el hilo. Después
se corchetea a un centímetro del doblez cada 40 cm o se asegura el plástico
sobre la pita con una o dos puntadas hechas también con nylon cada 40 cm. Se
gira la manga y se mete el otro pedazo de hilo anudado con lo que queda una
especie de hamaca de 50 o 60 cm de ancho y cuatro de largo .
3. A continuación, con el apoyo de cuatro clavos grandes (de 5 pulgadas)
clavados sobre la pared dos a cuatro metros uno del otro y dos a diez
centímetros de altura de los dos primeros, se fija la manga sobre la pared
tensando muy bien el hilo de nylon para evitar que la manga, cuando se llene
con el sustrato, no se arquee demasiado. La misma, en la medida de lo posible,
debería quedar horizontal para que el agua y los nutrientes circulen lentamente
a lo largo de ella.
Dependiendo de la altura de la pared, se pueden colocar hasta cuatro
canales horizontales superpuestos. Cada canal debe tener una pendiente de
0.5% (para este ejemplo, 2 cm de diferencia de altura entre los clavos que van
en los extremos). Estos se llenan con un sustrato similar al recomendado para
las mangas verticales y en ellos se pueden sembrar frutillas, rabanitos, perejil,
cilantro, tomillo, plantas medicinales, plantas aromáticas y flores.
Como hemos visto en esta clase existen múltiples tipos de
contenedores que se pueden utilizar para hacer una Huerta Hidropónica Popular
incluyendo aquellos que de acuerdo a las posibilidades económicas, espacio y
proyecciones puedan ser más o menos complejos permitiendo aprovechar
productivamente espacios más grandes. Muchos de los materiales sugeridos se
encuentran en desuso, por lo que en algunos lugares los usuarios dicen que la
HHP es la tecnología agrícola urbana del desecho.

Características de un buen sustrato


Los sustratos deben tener gran resistencia al desgaste o a la
meteorización y es preferible que no tengan sustancias minerales solubles para
no alterar el balance químico de la solución nutritiva que será aplicada (según
se explicará más adelante). El material no debería ser portador de ninguna
forma viva de macro o micro organismo, para disminuir el riesgo de propagar
enfermedades o causar daño a las plantas, a las personas o a los animales que
las van a consumir.
Lo más recomendable para un buen sustrato es:
- que las partículas que lo componen tengan un tamaño no inferior a 0,5
y no superior a 7 milímetros
- que retengan una buena cantidad de humedad (ver la capacidad de
retención de distintos materiales en el suelo en el Anexo II), pero que
además faciliten la salida de los excesos de agua que pudieran caer con
el riego o con la lluvia
- que no retengan mucha humedad en su superficie
- que no se descompongan o se degraden con facilidad
- que tengan preferentemente coloración oscura
- que no contengan elementos nutritivos
- que no contengan micro organismos perjudiciales a la salud de los
seres humanos o de las plantas
- que no contengan residuos industriales o humanos
- que sean abundantes y fáciles de conseguir, transportar y manejar
- que sean de bajo costo.
- que sean livianos (

Sustratos de origen orgánico


- Cascarilla de arroz
- Aserrín o viruta desmenuzada de maderas amarillas.
Cuando se utilizan residuos (aserrín) de maderas, es preferible que no
sean de pino ni de maderas de color rojo, porque éstos contienen sustancias que
pueden afectar a las raíces de las plantas. Si sólo es posible conseguir material
de estas maderas, se lava con abundante agua al aserrín o viruta y se lo deja
fermentar durante algún tiempo antes de utilizarlo. No debe ser usado en
cantidad superior al 20 por ciento del total de la mezcla. Si se utiliza cascarilla
de arroz, es necesario lavarla, dejarla fermentar bien, humedecerla antes de
sembrar o trasplantar durante 10 a 20 días, según el clima de la región (menos
días para los climas más caliente)

Contenedores Huerta Hidropónica

Los tipos de recipientes y contenedores que se pueden usar o construir
deben estar de acuerdo con el espacio disponible, las posibilidades técnicas y
económicas y las necesidades y aspiraciones de progreso y desarrollo del grupo
familiar.
Para iniciar la HHP e ir adquiriendo los primeros conocimientos
prácticos podemos utilizar, por ejemplo, cajones de empacar frutas; neumáticos
o llantas viejos; bañeras infantiles; fuentes plásticas en desuso; o bidones
plásticos rotos, recortados por la mitad. Recipientes tan pequeños como los
envases plásticos para helados, los vasos plásticos desechables y los potes de
aceite o margarina, son suficientes para cultivar acelgas, cebollas, cilantro,
lechugas, perejil y otras hortalizas.
Las bolsas o mangas plásticas de color negro, como las que se usan
para plantas de vivero, son recipientes económicos, fáciles de usar y muy
productivos en pequeños espacios. Las bolsas son aptas para especies como
tomate, pepino, pimiento, pimentón y cebolla. A medida que se progresa en el
aprendizaje y se comprueba la eficiencia del sistema se pueden instalar en las
paredes canales o canoas hechas con plástico negro, sostenido con hilos o pitas
colgadas de las paredes o colocadas en la base de ellas.
Si se dispone de espacio suficiente es importante no quedarse
solamente con estos contenedores pequeños; el progreso en conocimientos debe
unirse a la ampliación del tamaño de los cultivos y a la diversificación de las
especies. Una superficie de 30 metros cuadrados de HHP permite obtener un
ingreso constante a lo largo del año.
En la expansión de la huerta pueden incluirse contenedores de madera
de por lo menos 1,5 metros cuadrados de área, mangas verticales y otro tipo de
estructuras más productivas y que demandan el mismo tiempo y esfuerzo que
una gran cantidad de los pequeños recipientes que nos han servido para adquirir
las primeras experiencias. En la Clase 2 del video sobre HHP, complementario
a este Manual, se puede observar la construcción de un contenedor.
Si además de producir alimento sano para nuestra familia deseamos
obtener un ingreso extra a través de la huerta hidropónica popular, debemos
pensar en construir un número de contenedores que nos permitan una mayor
producción de especies vegetales (hortalizas, plantas medicinales, ornamentales
y forrajeras).

Características de los recipientes y contenedores de una huerta hidropónica

Las dimensiones (largo y ancho) de los contenedores pueden ser muy
variables, pero su profundidad en cambio no debe ser mayor de 10-12 cm, dado
que en el sistema HHP no es necesario un espacio mayor para el desarrollo de
las raíces de las plantas. Se exceptúan solo dos casos:
Cuando se quiere cultivar zanahorias, la profundidad del contenedor
debe ser como mínimo de 20 cm. Para producir forraje hidropónico debe ser
como máximo de 5 cm. En el caso de los demás cultivos, las dimensiones
máximas recomendadas (unidad de producción para HHP) para estas cajas son
las siguientes:
largo 2,00 metros
ancho 1,20 metros
profundidad 0,12 metros
Dimensiones superiores a éstas implican mayores costos en materiales
(madera, plástico, sustrato) y mayores dificultades y riesgos en el manejo. Las
dimensiones mínimas son muy variables, pues dependen de la disponibilidad de
espacio, los materiales que se puedan conseguir a menor costo y de los
objetivos de la huerta (aprendizaje, recreación, experimentación o producción
para la venta).

LOCALIZACION E INSTALACION DE UNA HUERTA HIDROPONICA

LOCALIZACION E INSTALACION
DE UNA HUERTA HIDROPONICA
Una vez decididos a formar nuestra Huerta Hidropónica Popular
(HHP), uno de los primeros pasos es definir el lugar donde la vamos a ubicar.
Estas huertas pueden ser localizadas en distintos lugares de la vivienda
(paredes, techos, patios, ventanas, terrazas).
Existen algunos criterios importantes que deben ser tomados en cuenta
para obtener mayor eficiencia, mejores resultados y éxito en el producto final y
en la empresa comercial que nos proponemos. El criterio más importante es
ubicar nuestra huerta en un lugar donde reciba como mínimo seis (6) horas de
luz solar. Para esto es recomendable utilizar espacios con buena iluminación, y
cuyo eje longitudinal mayor esté orientado hacia el norte. Se deben evitar
aquellos espacios sombreados por árboles, los lugares inmediatos a casas u
otras construcciones y los sitios expuestos a vientos fuertes.
La mayoría de los Cultivos Hidropónicos se hacen a libre exposición,
pero en aquellas zonas caracterizadas por excesivas lluvias se deberá prever la
instalación de algún tipo de techo plástico transparente, de uso agrícola.
Es también muy importante la proximidad a una fuente de agua para
los riegos, con el fin de evitar la incomodidad y el esfuerzo que significa
transportar los volúmenes de agua necesarios.
Algunos elementos, como los recipientes plásticos para el
almacenamiento del agua y los nutrientes, la regadera y un pulverizador,
deberían estar cerca de los cultivos de nuestra huerta, ya que son elementos que
se utilizarán muy frecuentemente. Es importante prevenir ataques de pájaros,
que pueden producir daños importantes, especialmente cuando se utiliza un
sustrato sólido, como cascarilla de arroz.
La idea de que los cultivos sin tierra sólo se pueden obtener en
condiciones de invernaderos plásticos no es complemente cierta. Algunas
experiencias conducidas en distintos países de América Latina y el Caribe con
cultivos de apio, acelgas, lechugas, nabos, pepinos, perejil, rabanitos, tomates y
otras hortalizas, sin utilizar cobertura plástica, indican que es posible obtener
buenos productos y plantas a la libre exposición, cuando ellas están adaptadas a
las condiciones ambientales del lugar donde se cultivan.
La cubierta plástica (o de vidrio) sólo se necesita cuando se cultivan
hortalizas o plantas fuera de las condiciones a las cuales están adaptadas y
cuando se desea evitar los riesgos de infecciones y ataques de algunos de sus
enemigos naturales. Cuando existen diferencias ambientales (heladas o
temperaturas muy elevadas) es posible compensarlas con una mejor nutrición y
cuidados a través del cultivo hidropónico.
Hay hortalizas que se adaptan a todas las condiciones de clima de la
mayor parte de las regiones habitadas del mundo. Así, es posible cultivar
repollos, arvejas, cebollas, frutillas o fresas, y plantas aromáticas y
ornamentales, en épocas o climas fríos; también se puede cultivar habichuelas o
porotos verdes, acelgas, tomates, cilantro, pepinos, remolacha y muchas otras
plantas, en épocas o climas intermedios; y ají, albahaca, ahuyamas o zapallos,
melones, pepinos, pimentones, sandías, tomates y otras, en épocas o climas
calientes.
Es muy importante y se recomienda decididamente que el lugar
destinado a la huerta hidropónica popular esté cercado, para impedir la entrada
de animales domésticos (aves de corral, conejos, gatos, perros) o personas
irresponsables. Este es uno de los elementos limitantes para iniciar y hacer
prosperar una HHP. Si no es posible aislar la huerta de este tipo de animales o
personas, la recomendación es no invertir ningún esfuerzo, porque más tarde o
más temprano éste será perdido, generándose una gran desmotivación.
Quienes, además de mejorar su alimentación, deseen obtener ingresos
adicionales a través de una huerta hidropónica popular, deberán planear una
mayor producción, para lo cual es necesario disponer de mayores espacios. En
estos casos, sin embargo, los criterios de ubicación siguen siendo los mismos.
El espacio en sí mismo no es el factor más limitante para los cultivos
hidropónicos. Es posible cultivar una HHP en menos de un metro cuadrado o
en la mayor de las terrazas o patios caseros que se puedan tener en una vivienda
urbana.
La mayoría de las HHP instaladas en diferentes países tienen un área
que varía entre 10-20 metros cuadrados, pero hay familias o grupos que
cuentan con áreas de cultivo superiores a 200 metros cuadrados, lo que les
permite comercializar su producción,.
Combinando las diferentes formas de HHP que existen (canales
horizontales recostados en las paredes de las viviendas o muros; canales
angostos y poco profundos; camas de cultivo hechas en madera; recipientes
tubulares verticales en PVC o plástico; simples tiestos plásticos individuales,
etc.) se puede tener una atractiva y provechosa huerta de hortalizas limpias y
nutritivas.

frutas y verduras para sembrar

Calabaza
Hay muchas variedades de calabaza de diferentes formas, midas, colores,
duración del ciclo. Ahora bien, no plantéis una calabaza en el huerto
urbano si no tenéis un poco de sitio para que la calabaza se escampe.
La calabaza es una planta de calor, se debe sembrar una vez bien entrada
la primavera (abril - mayo) poniendo dos o tres semillas en un hagujero.
La recolección se hace unos 6 meses después de la siembra. Una
característica original de la calabaza es que una vez cogida se conserva
muy bien durante unos meses.
Melón
De todas las variedades del melón la de piel amarilla y ciclo corto
son las que se adaptan mejor al cultivo del huerto . Es una planta
trepadora pero se puede dejar que se arrastre por el suelo.
El melón es una hortaliza de verano. Se siembra en semilla a partir
de abril - mayo y se coge a los 60 días, dependiendo de la variedad.
Si se quiere también se puede hacer de plantel.
Fresones
El fresón se transplanta desde otoño hasta finales de invierno. A
principios de primavera hará las primeras flores y cogeremos los primeros
fresones hacia el mes de mayo. La planta sigue floreciendo y produciendo
fresones durante todo el verano. En el verano la fresa produce unos
tallos horizontales llamados estolones. Estos tallos, cuando tocan el
suelo forman una planta nueva. Así pues, de una fresa podemos tener
diferentes hijas para el próximo año.
Pepino
El pepino es una hortaliza muy productiva. Se siembra en abril-mayo y se empieza a coger
a los tres meses. La recolección es continua hasta que llegan los meses de invierno. Con
una sola planta en nuestro huerto tendremos pepinos de sobra durante todos los meses
de verano.
Guisante
Con el guisante pasa lo mismo que con la judía. Hay variedades que
trepan y otras que hacen una mata. Aunque el guisantes no crece tanto
como la judía y no necesita tanto espacio para trepar.
El guisante prefiere temperaturas más frescas para crecer. Por eso la
siembra se hace generalmente a principios de otoño pero se puede
alargar hasta la primavera. La cosecha dependerá de la variedad pero
se suele hacer 50 días después de la siembra.
Berenjena
La berenjena es, posiblemente, la hortaliza que más le gusta el calor y
la luz. Se suele hacer a partir del plantel entre abril y junio y se empieza
a cosechar a partir de unos 100 días después. La recolección sigue hasta
que llega el frío del invierno.
Pimiento
El pimiento es una hortaliza de verano, de la misma familia que la
berenjena y el tomate. Se transplanta a partir de abril y se empieza a
cosechar 70 días después. La producción es continua hasta el otoño.
Tomate
El tomate, al igual que el pimiento y la berenjena es
una hortaliza de verano que se transplanta en primavera.
La cosecha empieza de dos a tres meses después del
transplante, en función de la variedad.
Hay una infinidad de variedades de tomates: de frutos
pequeños, tomate de colgar, Montserrat.
Al igual que el guisante y la judía hay variedades de
crecimiento indeterminado que trepan y de otras de
crecimiento determinado que hacen una mata pequeña.
En las tiendas de plantel encontramos sólo variedades
que se enredan. Pero a diferencia de la judía y el
guisante, si ponemos un tutor la tomatera no se sujeta
y hace falta atarla con un cordel. Otra opción es dejarla
que se descuelgue por la mesa y crezca por la terraza
si tenemos suficiente espacio.
Otra faena que es necesario hacer con la tomatera es
podarla eliminando los brotes que salgan y dejando
sólo dos o tres como máximo.
Lechuga
El cultivo es bastante rápido y se puede hacer casi todo el año
siempre que no haya peligro de heladas. Lo más fácil es conseguir
el plantel para transplantarlo en nuestro huerto. La cosecha se
puede hacer en 1,5 - 3 meses, depende de la variedad. Si se retrasa
demasiado la cosecha corremos el riesgo de que la lechuga
florezca y se vuelva amarga. Si queremos hacer nuestro propio
plantel debemos contar que desde la siembra hasta el transplante
se necesita como mínimo un mes.
En la variedad llamada Romana hace falta atar las hojas 15 días
antes de la cosecha. De esta manera, las hojas del interior, al no
estar en contacto con la luz, pierden la clorofila y quedan de
color verde-amarillento.
Rábano
El rábano es la hortaliza que se cosecha más rápidamente. La variedad de ciclo más corto,
que hacen la raíz muy pequeña y redondeada, se coge 28 días después de la siembra. Hay
otras variedades que hacen la raíz más grande que se recolectar después de 45 días.
Se puede cultivar casi todo el año mientras no haya el peligro de heladas. Durante el
verano se desarrolla muy rápidamente y coge un sabor un poco picante.
Se siembra directamente la semilla y se puede poner a una densidad muy elevada, separando
3 - 5 cm las semillas. Siempre conviene poner más semillas de la cuenta y, una vez germinen
se pueden sacar las plantas suficientes para que queden las 3-5 cm entre ellas.
Hace falta cosechar el rábano en el momento adecuado. Si nos retrasamos el rábano se
vuelve vacío y amargo.
Cebolla
La cebolla es la reina del huerto urbano porqué es la planta que mejor
se adapta al cultivo en sustrato ya que tiene una raíces poco profundas.
Aguanta muy bien el frío y esto hace que se pueda plantar en cualquier
época del año.
Lo mejor es conseguir el plantel para transplantarlo. Si queremos hacer
el plantel puede tardar unos 3 meses antes no lo podamos transplantar.
La cosecha se puede hacer muy pronto si queremos cebollas tiernas o
hasta 5 meses después del transplante, cuando la planta se seca y solo
queda el bulbo medio enterrado.
Acelgas
La acelga es una planta que tolera bastante bien el frío del invierno. Se puede sembrar la
semilla durante todo el año menos los meses de mucho frío. También se puede encontrar
plantel. La cosecha empieza a partir de los 2 meses. Para aprovechar el máximo la
producción es aconsejable coger solo las hojas exteriores que son más grandes. De esta
manera conservamos las hojas pequeñas que crecerán rápidamente. Así en la época de
crecimiento (primavera y verano) podemos cosechar cada 15 días. La planta nos durará
todo un año entero.
Col
La col se puede sembrar directamente de semillas, que son fáciles de
germinar, pero es más efectivo encontrar plantel y transplantarlo. El
transplante se puede hacer en cualquier mes del año pero una buena época
es a finales de invierno.
En un huerto urbano pequeño es aconsejable solo plantar una col ya que
al crecer se hace muy grande e impide el crecimiento de otras plantas.
La cosecha se puede hacer de seguida que forme el cogollo y que este sea
lo suficiente firme. Esto pasará a partir de unos 3 meses después del
transplante.
Ajo
Es de cultivo fácil ya que sólo hace falta plantar un diente de ajo y se
puede hacer en casi cualquier época del año pero la mejor época es el
invierno, si estáis cerca de la costa o a finales de invierno si estáis en
el interior. De esta manera el ajo se desarrollará perfectamente durante
la primavera y los podréis cosechar en verano, unos 5 meses después
de la plantación de dientes. Si queréis cosechar ajos tiernos solo hace
falta que avancéis la cosecha.
Zanahoria
La siembra se debe hacer directamente de semilla y le cuesta un poco
germinar. Hay quien aconseja dejar las semillas en remojo el día antes
de la siembra para acelerar la germinación. En el huerto urbano la
zanahoria no se hace demasiado larga porqué se encuentra limitada por
la profundidad de la mesa de cultivo pero se pueden sacar cosechas
aceptables. La cosecha de la zanahoria se hace de 70 a 120 días después
de la siembra, según la variedad que hemos sembrado.
Escarola
Normalmente buscaremos plantel a la primavera o verano y la
recogeremos tres o cuatro meses después. Igual que en las variedades
romanas de lechuga se tendrá que atar las hojas para blanquearlas 15
días antes de la cosecha.
Judía tierna
De judías hay de dos tipos principalmente: las que trepan y las que
hacen una mata pequeña. Las que trepan suelen producir más pero
necesitan espacio para crecer. Los agricultores normalmente ponen
cañas de 4 metros de altura para que la planta se enrede. También la
podemos guiar par la barandilla del balcón o dejarla que se escampe
por el suelo si tenemos suficiente espacio.

Como abonar


Las plantas se alimentan de los nutrientes minerales que hay en el sustrato y que extraen
mediante sus raíces. Los nutrientes que necesita en más cantidad son el fósforo, el nitrógeno,
el potasio y el magnesio. A éstos se les llaman macronutrientes. Pero hay otros nutrientes
que también son necesarios para la planta pero en menor cantidad. Son los micronutrientes
entre los cuales está el manganeso, el boro, el cobre, el molibdeno y el hierro.
El sustrato del huerto urbano contiene estos nutrientes y, por lo tanto, no será necesario
añadir ningún abono. Ahora bien, después de unos meses de cultivo los nutrientes se
agotarán, no solo porqué las plantas los consumen, sino también porqué algunos se lavan
con el exceso de agua del riego o con la lluvia. Entonces será el momento de añadir más
compost. Esta operación se suele hacer dos veces al año y no hace falta sacar el sustrato
para añadirle más ya que el volumen del sustrato de nuestro huerto habrá disminuido lo
suficiente debido a la compactación y a la oxidación. Podemos aprovechar el momento
de añadir el compost nuevo para revolver todo el sustrato.
También es posible utilizar abonos químicos que venden en jardinerías pero desaconsejamos
este sistema ya que el compost es una fuente de nutrientes más natural y muy equilibrada
para las plantas.

El transplante en siembra

El transplante
Las hortalizas que se pueden transplantar su
plantel, que podemos encontrar en algunas tiendas
agrícolas, son por ejemplo: la lechuga, la col, el
tomate, la escarola y la acelga. Durante el
transplante se debe tener mucha cuidado de no
estropear las raíces de la planta y hacer un agujero
lo suficientemente grande.Después se debe
presionar ligeramente el sustrato alrededor de la
planta transplantada. También es aconsejable
regar con una regadora el plantel acabado de
transplantar.
Las hortalizas que se transplantan también se
pueden hacer directamente de semilla pero
duración del cultivo es más largo.

Como regar


El riego es posiblemente la clave más importante para el éxito de nuestro huerto. Como
las plantas tienen poca profundidad de sustrato el agua se agota con facilidad.
Gracias al sistema de riego por goteo y al programador de riego podemos regar con
precisión. Primeramente se debe ajustar la cantidad de agua del riego. Esto se hace
programando el tiempo que dura el riego. También se puede cerrar un poco el grifo para
conseguir menos cantidad de agua. Sabremos que el riego ha finalizado cuando comience
a salir agua por debajo de la mesa. Normalmente será necesario sólo unos 30 segundos
de riego.
Cada cuando se debe regar? Esto depende de la época del año y de la cantidad de plantas
que hay en el huerto. Al principio deberá observarse el sustrato para saber si está muy
seco o todavía está húmedo. Si observamos que las plantas se marchitan quiere decir que
hemos esperado demasiado y ya deberíamos de haber regado. Seguramente no se morirán
por falta de agua pero no crecerán tanto y, por lo tanto, la cosecha será menor. En pleno
verano y con el huerto en pleno funcionamiento puede ser necesario regar dos o tres
veces al día.

asociación de cultivos

asociación de cultivos
El huerto urbano es pequeño y hace falta aprovechar cada centímetro cuadrado y sacarle
el máximo rendimiento. Por eso la producción en el huerto urbano será una mezcla de
cultivos que técnicamente se llama un policultivo.
La razón es muy sencilla. Dos plantas sembradas una al lado de la otra se hacen competencia
entre ellas de dos maneras. Una porqué las dos absorben nutrientes y la otra porqué se
hacen sombra. Obviamente dos plantes iguales tienen las raíces igual de profundas, buscan
los mismos nutrientes y compiten por la sombra. En cambio, si dos plantas son diferentes
la competencia entre ellas puede ser menor.
A todo esto se debe añadir que las enfermedades no se transmiten tan rápidamente en
un policultivo ya que los diferentes tipos de verduras son sensibles a diferentes enfermedades.
Difícilmente nos quedaremos sin cosecha por culpa de una plaga si cultivamos mucha
diversidad de plantas.
Para asociar cultivos hace falta tener en cuenta que plantas son más compatibles entre
ellas. Las siguiente tabla os puede servir de referencia.

La siembra

La siembra
Sembrar es el primer paso importante de nuestro huerto. Existen dos formas básicas de
siembra: sembrar directa al huerto o sembrar en contenedores pequeños para después
trasplantarlos al huerto (plantel).
Hay hortalizas como el rábano, la zanahoria o el nabo que no se pueden trasplantar y
obligatoriamente se deben de sembrar.
Otras hortalizas como la lechuga, la cebolla o el tomate, aunque se pueden sembrar
directamente, es aconsejable transplantar el plantón que podemos comprar en alguna
tienda agrícola.
Sembrar el plantel no es sencillo. Se debe vigilar muy bien que haya una humedad constante
pero no excesiva y una buena temperatura para favorecer la germinación. Cerca de una
ventana soleada, en el interior de una casa es un buen lugar para hacer nuestro plantel.
Como contenedor para nuestro plantel podemos reutilizar envases de yogur con un agujero
en la parte inferior para que el agua drene.
Una de las dudas que nos surge cuando hacemos las primeras siembras es a que profundidad
se debe poner la semilla. Una norma que funciona bastante bien es que la profundidad
de la siembra debe tener relación con el tamaño de la semilla. Normalmente la siembra
a una profundidad entre una y tres veces el diámetro de la semilla.

Control de plagas


La diversidad de cultivos y la pequeña dimensión de nuestro huerto nos ayudará a que
haya pocos problemas de plagas y enfermedades. Aunque se tendrá que observar el huerto
para detectar las posibles plagas lo antes posible.
Cuando una plaga o enfermedad es importante puede ser útil aplicar un tratamiento para
disminuirla. No es recomendable utilizar tratamientos químicos en nuestro huerto ya que
generalmente son tóxicos, y no respetan los enemigos naturales de las plagas. Hace falta
buscar soluciones menos agresivas y más ecológicas.
Algunas de las plagas más habituales son:
Los pulgones: son unos insectos muy pequeños que se reproducen muy rápidamente.
Absorben la savia de las plantas, especialmente de las hojas más jóvenes, y provocan el
encorvamiento de la hoja. Hay muchos tipos de pulgones, de diferentes colores (negros,
verdes, grises,….). Vigilaremos la presencia de hormigas y hormigueros. Estas incansables
trabajadoras acostumbran a mantener colonias de pulgones en sus hormigueros durante
el invierno para llevarlos a pastar a los brotes más tiernos de hortalizas a partir del buen
tiempo primaveral.
Casi todas las plantas de nuestro huerto son sensibles a tener pulgones. La primera manera
de combatirlos es cepillando las hojas. Si hay muchos puede ser útil hacer un tratamiento
con agua y jabón. Para casos extremos existen en el mercado insecticidas naturales a base
de Rotenona o Piretrina.
Larvas defoliadoras que se alimentan de las hojas de algunas hortalizas como la col son
un problema normalmente poco importante. Se observan agujeros en las hojas y los
excrementos de la larva al lado. Se pueden eliminar manualmente.
El oidio es un hongo que tiene aspecto de ceniza blanca o grisácea que ataca especialmente
las hojas del pepino, la calabaza o el melón. Primero se deben eliminar las hojas enfermas
lo antes posibles y, en los casos graves, se puede aplicar azufre.
Pudriciones del cuello pueden afectar algunas verduras y suelen ser debidas a un exceso
de humedad que favorezca la infección de hongos que viven en el sustrato. Se debe regar
menos y eliminar las plantas afectadas.

cultivo en sucesión

cultivo en sucesión
Otro concepto importante para conseguir el máximo rendimiento es la sucesión. Por
ejemplo sembramos una semilla de rábano y, al lado una planta de lechuga y una planta
de tomate. El rábano crece rápidamente y se coge en 30días. Después de coger el rábano,
la lechuga empieza el máximo desarrollo y lo cogemos después de 60 días, justo cuando
la tomatera empieza hacer fruto y sombra. Así pues, conseguiremos que los tres cultivos
no se molesten entre ellos durante una parte importante del ciclo y aprovechamos al
máximo la superficie. Decimos que se van sucediendo. Esto es uno de los trucos para
conseguir el máximo rendimiento de poca superficie.
El cultivo en sucesión se puede considerar una variedad del policultivo. Para planificarlo
debemos de tener en cuenta la tabla de compatibilidades entre cultivos.
Un ejemplo de asociación empezada el mes de marzo, en una mesa de 1,40 x 70 cm.
Podría ser la siguiente:
Las cebollas y la col se pueden transplantar más temprano. Cada semana o quince días
podríamos añadir más siembras de rábano y una lechuga más para tener una producción
escalonada.
El mes de abril, cuando las temperaturas ya son más cálidas podemos añadir algunas de
las hortalizas de verano. Una tomatera en medio de la acelga y la col y una planta de
pepinos al lado de la col.
Durante todos estos meses podemos añadir lechugas y rábanos para ir teniendo cosecha
escalonada.
A finales de primavera o principio de verano podemos plantar un par de judías al lado
de la acelga.

como plantar un Abedul

(Betula celtiberica)
Árbol de porte medio, puede llegar a los 20 m de altura.
Inconfundible por su blanquísima corteza.
Caducifolio.
Especie monoica (flores masculinas y femeninas en el mismo árbol).
Florece en primavera.
Hojas
Tienen forma
redondeada o romboidal,
con el extremo terminado en punta.
El haz es de color verde y sin
pilosidad, el envés de un verde más
claro y con algunos pelos en los
nervios. El borde de la hoja es
dentado excepto en la base que se
hace liso.
Flores y frutos
Las flores se reúnen en inflorescencias
de tipo amento, es decir, con forma de
espiga o racimo normalmente colgante.
Los amentos masculinos son terminales
y de color pardo amarillento. Los
amentos femeninos son más compactos
y verdes oscuros.
El fruto es de tipo aquenio, es un fruto seco
con una envuelta delgada no soldada a la
semilla y, en este caso, provista con
dos alas laterales que van a
facilitar su dispersión
por el viento.
Distribución en Asturias
En Asturias se encuentra desde el nivel
del mar hasta algo más de los 1.700 m.
Se integra en diferentes tipos de bosque,
especialmente en robledales albares de montaña y
hayedos elevados. En zonas altas, sobre todo en las
montañas silíceas, su capacidad de soportar bajas
temperaturas le convierte en la especie dominante,
formando abedulares altimontanos entre los 1.300 y
1.800 m. El mayor desarrollo de los abedulares se da
en las montañas del centro y occidente de Asturias.
especie de alta montaña
Época de plantación: De noviembre a marzo
Tipo de suelo que requiere: Prefiere instalarse sobre sustratos silíceos.
Es capaz de vivir y colonizar suelos muy pobres en áreas deforestadas.
Requiere humedad media o alta.
Resistente al frío.
Será de aproximadamente 50 cm de diámetro y 50
cm de profundidad.
Se trata de una especie muy
utilizada en ornamentación de
jardines por su llamativa
corteza de color blanco, a
veces púrpura, y porque no
alcanzan gran tamaño. En
otoño sus hojas adquieren
tonos amarillos y anaranjados
muy sugerentes que pueden
contribuir a enriquecer
cromáticamente
determinados ambientes
de un jardín.
Poza de plantación
Algunas ideas
Su capacidad de vivir en
suelos pobres le da un
papel importante en la
regeneración de zonas
deforestadas ya que con
su caída anual de hojas,
ramas, etc., contribuye a
ir formando o
regenerando una capa
de humus en el suelo,
que irá preparando el
terreno para la
progresiva implantación
en el lugar de otras
especies arbóreas más
exigentes.

Como plantar un acebo

También llamado carrasco, xardón, ...
(Ilex aquifolium)
Fruto
Árbol de porte medio, de hasta 20 m de altura, aunque lo más
habitual es que se presente como un arbusto alto, de 3-5 m.
La corteza es lisa y grisácea, aunque en ejemplares añosos
presenta finas grietas y abultamientos parecidos a grandes
verrugas.
De hoja perenne.
Especie dioica (flores masculinas y femeninas en árboles
distintos).
Florece en primavera.
Hojas
Las hojas son coriáceas,
tienen forma ovalada o
lanceolada, son de color
verde muy brillante en el
haz y sin brillo en el envés.
La mayoría de las hojas
tienen los márgenes
ondulados y espinosos
aunque las hay lisas y sin
espinas.
Flores y frutos
Las flores son pequeñas, blancas y
se agrupan en ramilletes.
El fruto es una drupa, es decir,
carnoso y con una pepita dura en su
interior, de color rojo brillante o
amarillo.
Cuidado con el fruto porque
es VENENOSO.
Distribución en Asturias
Se distribuye por toda la región.
Es frecuente en los bosques mixtos
y robledales de las zonas bajas,
pero donde más abunda es en zonas
montañosas, sobre todo en los hayedos
y robledales de montaña o formando acebales
en la zona superior, en el límite con la pradera
alpina,donde ya no pueden crecer los árboles.
especie de alta montaña
Época de plantación: Abril, mayo o en otoño, de septiembre a octubre.
Tipo de suelo que requiere: Prefiere instalarse sobre suelos ligeros.
Es indiferente al sustrato.
No es necesario que sea demasiado amplia,vale con 40 cm de diámetro y 30 cm de
profundidad. Requiere que se riegue abundantemente al menos durante los cinco
días posteriores a su plantación para garantizar humedad en el suelo. No requiere
poda.
Los acebos no crecen demasiado y se pueden
plantar aislados o en pequeños grupos, incluso
combinados con otras especies que suelen ser
acompañantes en condiciones naturales en la
alta montaña cantábrica, como el abedul y el
serbal. Esta combinación puede ser muy
interesante si se busca crear una zona
sugerente para las aves, que se verán
atraídas por los frutos del acebo y el
serbal y encontrarán protección
en el acebo.
Los acebos cumplen una función
ecológica muy importante en el
bosque caducifolio y de alta
montaña. Durante el invierno,
cuando la mayoría de los árboles
han perdido la hoja, los acebos
ofrecen la cobertura y refugio
necesarios a muchos animales
del bosque, especialmente
al urogallo.
El acebo está incluido en
el Catálogo Regional de
Especies Amenazadas de
la Flora Asturiana como
“de interés especial”.