¿Cómo se germina una semilla de tomate?
La germinación ocurre entre los 6 a 10 días de la siembra de manera uniforme, si las condiciones de sustrato, humedad, temperatura y profundidad de siembra son las adecuadas. El sustrato debe servir de soporte y además conviene que sea suelto y aireado, con capacidad suficiente para retener agua y permitir una aireación adecuada, pues en la semilla ocurren grandes y rápidas transformaciones metabólicas que demandan oxígeno y agua. Esto se logra haciendo una mezcla según el material disponible en cada caso de tierra, arena y materia orgánica en proporciones suficientes
hasta lograr el objetivo planteado.
Una manera práctica de reconocer si el sustrato está en condiciones físicas apropiadas en el momento de su preparación, es apretando fuertemente una porción de la misma en la palma de la mano. La porción de sustrato debe deshacerse al aflojar la mano. La mezcla debe desinfectarse o tratarse con controladores biológicos del suelo (por ejemplo, Trichoderma sp, Paecilomyces sp).
Es importante conocer el porcentaje de germinación de las semillas, para poder reconocer las posibles fallas debido a la semilla misma o a causa del sustrato preparado o tal vez a un manejo inapropiado, así como también, para no perder tiempo y esfuerzo cuando planificamos la siembra con respecto a la época de cosecha. En tal sentido, se recomienda realizar una prueba de germinación en donde se toman 100 semillas, colocándolas en un plato con papel absorbente humedecido. Transcurridos pocos días se hace un conteo de las semillas germinadas y tendremos el porcentaje de germinación actual del lote de semillas a utilizar. Es recomendable hacerlo por triplicado y promediar el resultado.
El riego en semillero debe hacerse diariamente con agua fría (no dejar calentar agua al sol) suplementando el agua con ½ cc de abono foliar o ½ gr de fertilizante fórmula
completa por cada litro de agua para garantizar una nutrición integral.
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